Mi sobrina Celine y Yo - Hora del postre. - Relatos Eróticos

Mi sobrina Celine y Yo - Hora del postre.

... de comer mi postre…- Hay postre?- Jaja, no mi niña, no hay, pero tú puedes ser mi postrecito… quiero comerte enterita! Puedo??- Jaja te dije que puedes hacer conmigo lo que se te antoje… tu solo tómame y cómeme, no me preguntes.Estaba viviendo un sueño, Celine ya se había entregado completamente a mí y me dio el derecho de hacer lo que quisiera con ella. Si estaba soñando, esperaba no despertar nunca.Saqué mis manos por debajo de su jumper, y al llevarme los dedos a mi nariz pude asimilar lo apestosa que tenía su vagina. Estaba ardiendo, solo quería devorarla y mi pene estaba a punto de romper mi pantalón por lo erecto que estaba.Ambos no pusimos de pie frente a la mesa, momento en que aproveche de bajar mi sierre, sacar mi pico y empezar a frotarlo por encima de su redondo potito. Mi liquido preseminal ensució todo su jumper y la sensación de tener su rico culito a mi merced era extraordinaria, sobre todo después que ella comenzó a moverse sensualmente.Después de unos minutos, tuve que alejarme para contenerme, ya que estaba a punto de explotar.- Celine, súbete a la mesa… yo te ayudo.- Esta bien, pero no quieres que te lo chupe?- Aún no bebé, no quiero irme cortado todavía… me tienes a punto de perder la cabeza por mover tan rico tu culito.- Jaja, bueno, tu mandas.Celine obedientemente se subió a la mesa. Con cuidado, la ayudé a desabrochar los cordoneses de sus zapatos y una vez sueltos, se los quité. Sus calcetas estaban húmedas y lentamente se las quité también. Sus ...

... pies estaban sudados y tenían un fuerte y exquisito olor.Tomé una de sus piernas y la levanté a la altura de mi cara, acerqué mi nariz a su pie para disfrutar directamente de su olor y enseguida le di unas lamidas y chupadas a sus dedos.- Tengo mis patitas hediondas, tío… te gusta cómo huelen?- Me encanta mi niña, tienes tus patitas exquisitas.Después de besar y lamer sus apestosos pies, bajé sus piernas y le pedí que se volteara y que se pusiera en cuatro, lo cual hizo en forma inmediata. Al verla en esa posición sobre la mesa, me calentó aún más de lo que estaba.Estiré mi manos y acaricié su potito por encima del jumper, haciéndome la idea de lo que pronto me iba a comer. Acerqué mi cara y coloqué mi nariz encima de su culo, tratando de sentir su olor.Luego de eso, mi sobrina comenzó a levantar su jumper lentamente, dejando a mi vista su perfecto trasero, cubierto de un blanco y percudido calzón, que tapaba la mitad de su cachetes- Si quieres sentir el olor de mi culo, es mejor que lo hagas directamente, tío.Deslicé mi nariz por encima de su calzón, pegado a su trasero y el olor era delicioso. Lentamente comencé a bajárselo, hasta que lo dejé a la altura de sus muslos. Agarré y abrí sus cachetes con rudeza, dejando al aire su velluda rajita.La rajita de su culo era hermosa, con pequeños vellos que adornaban los alrededores de su apestoso ano y también la tenía muy sudada, a raíz del calor que hacía en esas fechas. Cuando acerqué mi nariz y la coloqué justo encima de su ano, ...