1. Después de la jornada


    Fecha: 24/01/2019, Categorías: Dominación Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Real y sabroso, por eso evito los nombre y lugares. Sucedió en Guadalajara, hace un tiempo. No quiero dar nombre de persona y lugares porque es una experiencia real y sabrosa. Estaba realizando un trabajo en una de las tantas empresas de la Ciudad. Me había trasladado desde Manzanillo y me quede en un hotel cerca de la Plaza del Sol. Después de un día abrazador y fuerte llegue como a eso de las 8:00 de la noche e inmediatamente pase al restaurante. Estaba esperando para que me asignaran una mesa y llegó un mesero joven, de unos 22 ó 23 años, no era muy guapo, ¿pero a esa edad quien es feo? Amablemente me pidió que lo siguiera y desvie la mirada a su trasero y entonces vi unas nalgas paraditas y voluptuosas. En el poco tiempo antes de llegar a mi mesa también vi una cintura pequeña que armonizaba con ese trasero encantador. Ya en la mesa me dedique a mirar esas nalguitas varias veces. En una de esa me sorprendió mirándolo y se sonrió. Yo la verdad me apene mucho y ya no lo volví a mirar. Pedí una cerveza y cuando me la llevaron me di cuenta que el tarro estaba sucio. Molesto llame al capitán y le mostré el tarro. Se disculpó y de forma inmediata me lo cambiaron. Olvide el problema y disfrute de la cena, aunque de vez en cuando busca con la mirada esas ricas nalguitas, pero ya no las vi. Termine mi cena y me fui a la habitación. Como unos 10 minutos después de haber llegado tocaron a la puerta. No esperaba a nadie así que, intrigado verifique por la mirilla de la puerta quien ...
    ... era. ¡El corazón me dio un vuelco!, pues era el mesero de las ricas nalgas que tanto me atrajeron. Abrí de inmediato y estaba con su uniforme y un par de cervezas. Me dijo que, en tono de disculpa el capitán me enviaba ese presente. Le pedí que pasara y cerré la puerta. Ya dentro de la habitación le pedí que me acompañara y acepto gustoso. Platicamos de cualquier cosa, de una forma agradable y relajada, hasta que se acabaron las cervezas y me dijo en un tono que yo entendí suplicante, que si deseaba algo más. Yo sonreí forzadamente y me repitió la pregunta; ¿desea algo más? Tome valor y le dije que posiblemente se molestaría por lo que le pediría. Se sonrojó un poco, pero me dijo que no me preocupara. No sabía cómo reaccionaría, así que trague saliva y le dije que quería penetrar esas nalguitas. Para mi tranquilidad y placer sonrío ampliamente. Suavemnte le di una vuelta y quedo ofreciéndome ese trasero espectacular. Casi grito del gusto, así que me acerque y empecé a tallar mi pene con esas nalguitas duras y llenitas, que me estaban volviendo loco. En dos segundos estaba excitadísimo y con el pene bien duro y me dijo, el muy coqueto, que si me podía atender. Le empecé a tocar sus tetillas y él paraba más sus nalgas, ofreciendo su tesoro. Le fui quitando su pantalón y tenía un bóxer muy ajustadito que resaltaba su buena figura. Yo en cambio traía unos calzones cómodos, pero bien grandes. Cuando estábamos desnudos le dije que no traía condón, pero me sorprendió cuando dijo que ...
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