1. Mi vecinito, Jared


    Fecha: 25/01/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... cantidades de semen en su garganta. Jared parecía ahogarse por todo lo que tenía en la boca (mi grueso pene, litros de semen llegando por segundo), pude entenderlo, ¿como podía caber todo eso en una boca tan chiquita?. Cuando le lancé hasta la última gota, Jared agarraba aire, y yo noté algo que me impresionó. Mi verga todavía estaba erecta y llena de energía, no podía desaprovechar esa oportunidad y trate de convencer a Jared para una última apuesta, lo volví a sentar en mis piernas: -¿Quieres otra apuesta? -No, ya me cansé. Eso lo dijo mientras se limpiaba las lágrimas. -Porfa! Una y ya, andale. -Pero esque no te gano. -Andale, si me ganas te doy el reloj y algo más . El asintió con la cabeza, al escuchar el trato, pero se sorprendió más al escuchar lo que pasaría si perdía: -Si yo gano, me dejas cojerte! -No, porfavor, cojerme no. -Si, es lo que quiero! Le apreté una nalguita y comenzamos a jugar. Le quite las tres vidas de inmediato, pues no quería perder tiempo, y me urgía Desgarrar ese culo. Sin más demora, me dispuse a desnudarlo completamente, y yo lo hice igual. Su cuerpo era un deleite para la vista, tenia su cinturita muy curvada, y unos pezonsitos chiquitos pero ya muy paraditos, saboree todo su cuerpo, lo volví a besar mientras acariciaba sus dos pezonsitos, el solo gemía muy despacio y accedía a todo sin replicar! Bajaba mi lengua hasta sus pezones y mis manos hacia su cintura. era mío por fin! -Eso se siente muy raro, Guillermooooo! Me encendió el tono de su ...
    ... voz, entre gemidos. Y note los duros que estaban sus pezones y su piel erizada. Me detuve y le indique que se pusiera boca bajo y levantase su cadera. Posé mi lengua en la entrada de su culito y empecé a lamerlo suavemente, Jared sólo gemía y se retorcía de placer, pero no me decía que parará, le estaba empezando a gustar al putito. -Guillermooo. se siente muy raro. -¿Pero si te gusta? -Si, mucho, no quiero que pares. No iba a dejar de hacerlo, pues el sabor de su culito no era desagradable, lo tenía muy limpio, y lo mejor era que lo tenía completamente cerrado, lo cual era algo que debía corregir en ese instante. Cuando sentí que su ano comenzó a relajarse, intente meter un dedo. Cuando empezó a entrar la punta, Jared cerró por instinto, y me apretó el dedo. Me dijo: -¡¿Que haces?! ¡Me duele! -Tengo que meterte dos dedos para poder meterte mi verga, mi amor. -¡No, mejor no, perdoname porfavor, me va a doler mucho! Ignoré su suplica y me dispuse a seguir forzando la entrada con mi dedo, pero era muy difícil, y los gritos de Jared no ayudaban más que a calentar más mis hormonas. -Ay! Ay! Duele mucho, Guillermo! Porfavor no seas tan rudo!! -Espera! Ya entró el primer dedo, lo dejaré un rato para que te acostumbres. -¿Ya entró todo? -Si, todote. Después de unos momentos, los gritos de dolor, se convirtieron en gemidos de placer, y su cuerpo se había adaptado perfectamente, pero no era más que el principio de su dolor. Inmediatamente después de ver tan excitante reacción de placer ...