Un trío inesperado
Fecha: 26/01/2019,
Categorías:
Sexo en Grupo
Fantasías Eróticas
Autor: arielgalo, Fuente: CuentoRelatos
Mi nombre es Ariel tengo 41 años y el de mi señora es Gimena de 38 años. Soy de tez blanca mido 1.86 y peso 105kg, si bien soy un poco relleno me conservo muy bien. Mi señora es castaña de 1.65 con una cola pulposa y linda de apreciar. Sus pechos son grandes tiene 118 de talla. Después de 18 años juntos la monotonía me llevo a querer cosas nuevas. Mi fantasía era la de un trío y le propuse varias veces verla a ella tener sexo con otra mujer, intentando de esta manera llegar al trio tan deseado. Ella nunca quiso alegando que le daba cierto temor hacer esas cosas y si la cosa se salía de curso no le gustaría verme con otra mujer. Esta historia es real y nos pasó en el jardín de nuestro hijo más chico. Eugenia, mama de un compañerito de nuestro hijo, separada, de tez trigueña, flaca, alta con una cola hermosa y unas tetas chicas pero bien firmes y excitantes, hacia unos meses que no le sacaba la mirada de encima a las tetas de Gimena. Yo empecé a fantasear con esto y un día esperando que salgan los chicos mi señora se agacho a levantar unos papeles del suelo dejo ver por su escote sus grandes tetas chocándose unas con otras, Eugenia que estaba a unos metros quedo boquiabierta y no dejaba de mirarla. Me acerque y le dije: “te gusta lo que ves?”. Ella me miro sonrío y con un movimiento de cejas lo afirmo. “Si querés puedo hacer que sean tuyas”, le dije. Volvió a sonreír y guardó silencio ya que Gimena había vuelto a mi lado. Una semana después volvimos a cruzarnos en la puerta del ...
... jardín, ya que yo solo voy una vez por semana, pero esta vez estaba solo. Eugenia se acercó y me dijo: “si haces que sean mías que me vas a pedir a cambio?”. Mi respuesta fue rápida, “me gustas y me tiento con tenerte en mi cama pero mucho más me ratonea pensar en que podemos hacer un trio”. “Estaría bueno” me respondió, “pero tu señora que opina de esto?”. “Ella no quiere, desde hace un tiempo vengo insistiendo en que este con otra chica mientras yo observo y no se decide. Quizás esta sea una oportunidad para ambos y entre los dos podamos tentarla…”. Quedamos en que cada uno aportaría algo para llegar a tal fin. A partir de ese día comencé a señalarle la forma en que Eugenia la miraba, especialmente que no le quitaba mirada de sus tetas, claro que ella me lo negó pero con el pasar de los días fue admitiéndolo incluso lo usaba para calentarme en la previa del sexo. Unas semanas después me conto que se había empezado a llevar bien con Eugenia y que quería invitarla a cenar. Rápidamente dije que sí pero riendo le advertí que tenga cuidado porque se notaba lo que le atraían sus tetas, Gimena me respondió entre carcajadas diciendo: “quizás se te hacen realidad tus fantasías!!” Y agrego, “mientras no quiera estar con vos está todo bien, a vos no te comparto”. Al fin llego el sábado tan esperado, Gimena se vistió elegantemente con un vestido muy escotado el cual generaba un calor extra a la noche. Alrededor de las 21 hs llego Eugenia con su hijo. Vestía una pollerita entablada con ...