1. La quimica entre mi profe y yo :$


    Fecha: 29/01/2019, Categorías: Sexo con Maduras Masturbación Primera Vez Autor: Cazamaduritas, Fuente: xHamster

    ... introducir mi pene, lo introducía y sacaba observando cómo la parte superior de mi miembro deshacía las hilachas de semen y salía envuelta en saliva. De rodillas en el colchón, lo hice con más rapidez. Jugué con su cabeza: yo no metía mi miembro; la traía a ella a mí y lo desaparecía. Repetí unas veces, hasta que la aferré, la atraje con su lengua alcanzando mi escroto y me corrí en su garganta. Se atoró y tosió cerrando los ojos. En cuanto se repuso volví a penetrar su boca dejando todo líquido dentro de ella.Entonces la acomodé en la cama de espalda, le junté las piernas y observé de esta forma cómo se añadía volumen al trasero en todo su esplendor. Deslicé lentamente el hilo de la braga a un lado del deseable orificio, por aquella zona privada, íntima, y tomé mi grueso miembro, que introduje con cuidado en el apretado agujero. Al momento de sentir la fricción en la cabeza tuve gran placer, me asomé sobre ella y apreté más sus nalgas para incrementar la sensación, la voluptuosidad. Dejé caer mi saliva en el orificio y entonces penetré, con fuerza en aumento. Le di duro, la castigué, y la penetré con el deseo de desbaratar aquel culo, aunque no fuera posible, era demasiado firme. Lo sentí mío entre mis manos, de mi propiedad, y lo atraía hacia mí, introduciendo hasta la base mi pene en él. Pronto los fluidos comenzaron a salir por los bordes. Ella experimentaba gran placer, me decía “Continúa, continúa, así, dame duro, dale a tu profesora de química, hmmm, me gusta, qué ...
    ... rico”, y yo me enfurecía y me hundía en ella con brusquedad.Me arrastré bajo ella, hice la braga a un lado, la tomé por los muslos y la levanté ligeramente. Tomé mi pene y lo introduje entre sus nalgas. La penetré con ritmo normal, primero, y luego la levanté más, echando su culo hacia delante, al descubierto. Penetré aquel agujero, introduje profundo, sintiendo que el espacio separador entre el ano y su vagina se hacía mínimo por la presión que yo ejercía. Ésa era la posición de mi fantasía. Como si no fuera suficiente con todo mi miembro dentro, empujaba más fuerte y la tiraba hacia arriba. En el ritmo que adoptamos sentía sus nalgas chocando contra mi vientre. La afirmé por los muslos poniéndola de lado, e impulsé mis nalgas hacia delante enterrándole mi aparato. Dio un grito de placer, entonces continué sodomizándola.—Ay, ay, ¿estás excitado? Me tienes el culo todo roto —me dijo.—No —respondí y seguí azotándola.Luego me subí sobre ella y dirigí mi pene hacia abajo; me hundí en su interior y tomé frenético ritmo. Ella dominada por mí, gemía, impotente, con las gruesas piernas separadas y clamando por ayuda, quejándose del dolor. La lencería colgaba a sus costados, tenía vagina, senos y ano desnudos. Me apoyaba en ella, enterraba con fuerza y veía mi obra. Saqué mi pene y brotó un hilo de semen. Volví a introducir y seguí; la aplasté con mi peso y continué metido en ella. Mi miembro estaba todo dentro de su prominente culo achatado.Al terminar, levantó la cabeza, con rastros de ...