Las universitarias sumisas (Cap. 3)
Fecha: 30/01/2019,
Categorías:
Dominación
Autor: ALTEZA, Fuente: CuentoRelatos
... ordene a mi esclava se pusiera en cuatro patas para yo reposar mis pies en su lomo. El resto de mi sequito continuaba cumpliendo las órdenes previamente dispuestas para cuando llegara la hora de la reunión programada de esa noche. Faltando una hora para empezar la reunión, di la orden a las esclavas apestosas de sudor se fueran a bañar y no dieran una mala imagen, de esa forma mi reputación se mantendría intacta, yo vestía con la elegancia que solo la gente decente puede demostrar, y obviamente con la intención de vestir mejor que las invitadas. Llegaron todas las invitadas puntualmente y quedaron con la boca abierta al notar quienes las recibían lamiéndoles los pies, efectivamente las saludaban de esa manera las que hasta hace poco eran parte del grupo de amistades, las nuevas esclavas solo besaron y lamieron sus pies, les recogieron los abrigos y las condujeron hasta la sala principal donde tendría lugar la reunión. Después de eso les fue levantado el pedido de que deseaban beber, hecho esto se retiró el sequito en silencio hacia el bar y regresar ya con las bebidas y entregarlas a cada una de las invitadas. Chasquee los dedos y en automático se retiraron para poder platicar con mis amigas cómodamente. Fue hasta ese momento que mis invitadas pudieron salir de su asombro y me preguntaron ¿Oye acaso no son ellas?, interrumpí a media pregunta y respondí si son. Ellas me preguntaron ¿Cómo fue que lograste tenerlas a tus pies, y en tan solo unos días? Noté que ellas no apartaban ...
... la vista, no se sentían incomodas al mirarlas de frente y hablaban como loros, mejor dicho en este caso unas guacamayas. Era más que notorio que ellas no tenían carácter débil como las otras, por lo que decidí que este grupito dejaría de ser mis amigas para convertirse en mis primeras clientas (Todo esto solo me lo dije mentalmente). Ya que había decidido que iban ahora a ser mis clientas les respondí cortésmente y sin que se dieran cuenta fui interesándolas y convenciéndolas de lo cómodo que era la vida teniendo esclavas a nuestros pies. Ellas me preguntaron cómo se lograba eso, yo les dije que en mí ya era la experiencia de años de practicar la dominación de personas y convertirlas en simples robots tal y como ellas eran testigos. La noche fue avanzando y las bebidas disminuyendo en las copas, mis futuras clientas me pidieron más de beber y que si podía llamar a la perra cantinera; le pregunte si ella misma deseaba llamarla y así comprobar lo cómodo y fácil que era este modo de vida, ella me pregunto cómo hacerlo y le dije con dos palmadas. Al escucharse el par de palmadas, la esclava cantinera apareció al instante, mis invitadas ordenaron más de su bebida favorita, la perra cantinera no tardó en regresar con sus bebidas listas tal y como ellas habían ordenado, ellas asombradas del cambio tan notorio insistieron en decirles como lo logre, yo les dije haré algo mejor, “Les daré a estas perritas en modalidad de servicio doméstico y ustedes me pagan una mensualidad”. Ellas me ...