mi mujer y su hermana
Fecha: 30/01/2019,
Categorías:
Sexo en Grupo
Tabú
Autor: ilrelatore, Fuente: xHamster
MI MUJER Y SU HERMANA, LA MEJOR FORMA DE INICIARSECuando sucedió lo que relato a continuación, nuestra vida sexual (Elena y un servidor, Carlos) era realmente muy activa, ya que lo hacíamos casi a diario. No teníamos ningún tabú en cuanto al sexo: juguetes, posturas, juegos, imaginación, fantasías. Todo lo que no fuera violencia valía para disfrutar de lo que consideramos una vida sexual abundante en cantidad y calidad. Nuestras fantasías iban dirigidas a compartir nuestros momentos sexuales con terceras personas, a veces nos poníamos a mil imaginando a alguien que conociéramos entre nosotros, tanto chicos como chicas, pero lo más que habíamos llegado a hacer fue una conversación telefónica con una pareja con la que contactamos por Internet y que terminó en una masturbación mientras hablábamos los cuatro.Un día, después de terminar una maratoniana follada, hablamos seriamente de incluir a una chica en nuestros juegos. Lo difícil era encontrar a la chica adecuada, pues nuestra experiencia en el tema era nula. Teníamos un par de amigas con cierta confianza y buscamos el momento adecuado. Se lo propusimos a una primero, que contestó que no porque era muy clásica en ese sentido. La segunda se lo pensó más, y al cabo de unos días me llamó para decirme que conmigo solo si. Yo agradecí su ofrecimiento, pero lo rechacé por motivos obvios.Al poco ya casi habíamos olvidado el tema, pero la historia dio un giro totalmente inesperado. Resulta que la hermana de Elena, Lucía, año y medio ...
... menor que ella, debía asistir durante un mes a un curso por las tardes cerca de donde vivíamos, y nos pidió dejarla ir a comer a casa para tener más tiempo de descansar a medio día. Por supuesto no había ningún problema. Al menos, no que le pudiéramos contar, ya que teníamos la sana costumbre de echar un buen polvo después de comer casi cada día, y de momento tendríamos que renunciar a ello.Hacía algo más de cinco meses que Lucía había roto con su novio tras dos años de relación, y parecía haberlo superado, aunque nunca hablamos de ello, ya que nuestra relación era bastante superficial.Los primeros días, como no, nos cortábamos y después de comer nos sentábamos a ver la tele juntos. A veces Lucia se dormía una pequeña siesta durante este tiempo. Al cabo de unos días ya comenzamos a echar de menos nuestro ‘polvo del postre’, hasta que aprovechando una de esas siestas escurrimos el bulto hasta el dormitorio y follamos, con sigilo, pero a tope. Era especialmente excitante estar follando sabiendo que su hermana quizás nos estuviera oyendo gemir en la habitación de al lado.Así pasaron algunos días. Lógicamente Lucía no era tonta y sabía perfectamente que nuestras ‘escapadas’ al dormitorio no eran para jugar al parchís, además que en más de una ocasión tuvo que oírnos por fuerza. Lucía era algo más delgada que Elena y físicamente no era fea, pero tampoco llamativa en un sentido estrictamente físico/sexual, al menos para mi gusto. Eso si, tenía un culo redondo y aparentemente firme ...