Todo por una infección de orina
Fecha: 01/02/2019,
Categorías:
No Consentido
Anal
Autor: Siles7, Fuente: CuentoRelatos
Todo comenzó cuando la pobre Judith adquirió una infección de orina estando en el extranjero… Judith había sido muy afortunada ese año. Había ganado una de aquellas becas que le permitían pagarse una estancia en un país extranjero mientras aprendía un idioma y no cabía en sí de contenta cuando leyó la noticia. Su destino estaba claro, quería ir a Brighton, un entrañable pueblo al sur de Inglaterra, que en las fotos aparecía flamante. Rápidamente se puso a planearlo todo: el viaje, las clases de inglés y la estancia. La espera hasta el mes de julio se hizo larga, pero finalmente llegó el momento de disfrutar la estancia. Y allí estaba, allí llevaba ya una semana y se sentía totalmente integrada en el ambiente: había hecho todo tipo de amigos en la residencia y estaba disfrutando sus ratos libres para ver muchos sitios turísticos ya que el tiempo estaba espléndido. Era un verano para recordarlo, todo marchaba perfecto. O así debería haber sido. No obstante, algo se torció al inicio de la segunda semana en Brighton. Nada más levantarse de la cama de la residencia el martes por la mañana, cuando el sol clareaba, notó que algo iba mal. Algo andaba mal en su cuerpo, notaba un malestar. Era raro, porque tenía la sensación de haber descansado muy bien toda la noche. ¿Podía ser la regla? Pero eso era imposible, le había bajado justo antes de venir a este país. La regla quedaba completamente descartada. Entonces, ¿qué podía ser? Se deslizó en silencio de la cama, su amiga Mónica ...
... aún estaba dormida. Se dirigió al baño y una vez dentro se sentó encima de la taza del váter. El corto camino que había recorrido hasta el cuarto de baño le había causado dolor, un dolor que parecía concentrarse en sus partes más íntimas y en parte de la tripa. Judith no entendía nada. De repente, sintió unas intensas ganas de orinar. Se incorporó para subir la tapa del váter, se bajó las bragas y se subió el camisón, sentándose con urgencia sobre el váter y se dispuso a dejar salir la orina. Al momento, le sorprendieron dos cosas: la primera fue ver que las braguitas que se había bajado tenían rastros rojizos que no podía explicar, la segunda y más importante, experimentar una sensación de intenso dolor mientras intentaba expeler la orina de su cuerpo. No pudo evitar pegar un chillido que despertó a su compañera. Estaba meando sangre. -¡Mónica, joder, mira estooo! – Mónica ya se había despertado con el chillido y ya había entrado en el cuarto de baño, donde su compañera estaba haciendo pis sin ninguna privacidad aparente. Peor cuando vio lo que quería enseñar Judith lo entendió todo. -Mira, esto es una putada. Judith, tía, tienes una infección de orina – diagnosticó Mónica con un gesto de preocupación. Judith ya era un mar de lágrimas. No entendía que le pasaba ni por qué, sólo quería dejar de sufrir. -Haz algo, Mónica…- pidió suplicante Judith. -¿Qué quieres que haga? Tenemos que ir al médico, vamos, no hay otra opción. Hoy nos saltaremos las clases, te acompañaré. -No, de ...