Primavera ... Mi perro y yo
Fecha: 02/02/2019,
Categorías:
Zoofilia
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... mañana y a la tarde. Así que cuando él ya había terminado su desayuno - al igual que yo, pensando en lo que estaba por hacer y mirando a Tino - salí de la cocina donde había estado lavando los platos, sacando además el dulce de leche que había comprado especialmente para esta ocasión. Sacando la tapa le dejé lamer un poco para que me siguiera hacia el cuarto y, en cuanto entramos, cerré la puerta detrás de él. Cuando el amor canino de mi vida saltó sobre mi cama, no sé si invitándome a jugar o a unir nuestros cuerpos, yo me desnudé ante él y para él, para volver a ser la perra de Tino. Después de saborear juntos el dulce de leche, ambos lamiendo directamente pero por turno del vasito, estuvimos más de media hora dándonos nuevos besos de lengua, en cinco largas y deliciosas etapas. Como en nuestra primera relación, besé y lamí toda su boca; esta vez, como aquella, tenía la mía casi llena de pelos suyos, de su saliva y del dulce de leche que habíamos comido juntos. Habría seguido así, pero quería que hiciéramos el amor lo antes posible, de modo que subí a la cama ( había ido gateando ) y me ofrecí de nuevo entera para que él también pudiera disfrutar, como escribí al principio. Sabiendo que ni siquiera el sonido del teléfono o los ruidos de la calle podrían molestarnos, le hablaba a mi adorado perro con el pensamiento y con la voz cargada de excitación apenas disimulada ... "Mi amoooor ..., estás aquí y también en mis sueños. Así, mi tesorooo ... Tenemos que amarnos así, para ...
... siempre ... ( en ese momento, de tan unidos que sentía nuestros cuerpos, más bien parecíamos uno solo; de su boca entreabierta colgaba su lengua, dejando caer delgados pero largos chorros de saliva sobre mi nuca ) ... Yo soy tuya, mi amor ..., aaaaaahhh ... ". Creo que de ahí en adelante no pude decir nada más, ni pensar en otra cosa que " Soy su perra, soy solamente suya "; y si a causa de mi amor por Tino, alguna fuerza extraña me hubiera convertido en lo que decía ser, ya me habría escapado junto a él para vivir a su lado y darle muchos hijos que lo llenaran de orgullo y felicidad. Pero aunque nada de eso fuera posible, ahí estábamos los dos, completamente entregados el uno al otro. Y así ocurrió también después de la una de la tarde; luego de acabar con el vasito de dulce de leche, del cual habíamos dejado casi la mitad, a pesar de una que otra llamada telefónica mi dulce Tino y yo pudimos volver al lecho de enamorados que tenía en mi cuarto, sólo para él y para mí. Esta vez su reacción al verme fue casi instantánea; sabiendo que yo era su perra - la favorita de su grupo, supongo -, alcanzó el nivel de excitación apropiado y me sometió de inmediato, deliciosamente. Como si estuviera siendo dominada sexualmente por un gran macho Alfa quien incluso me mordiera ( como lo hacen en realidad los gatos ) para impedirme cualquier movimiento, pero de quien yo tenía que aceptar su furiosa pasión ... Y eso fue exactamente lo que hice, para que él pudiera sentirse un verdadero Perro ...