Lily encuerada
Fecha: 04/02/2019,
Categorías:
Voyerismo
Sexo en Grupo
Autor: Alfaorasama, Fuente: CuentoRelatos
La historia comienza en verano de 2015. En ese entonces Lily tenía 18 años y yo 19, ella era una werita de 1.68, delgada con piernas estilizadas y nalguitas paraditas con un pecho bien formado y de buen tamaño y pezones rositas que me encantaban. Ambos estábamos en la universidad en la ciudad de Puebla, pero en diferentes carreras, ella estudiaba Derecho. Era una estudiante brillante y la favorita de muchos profesores. Su sonrisa era encantadora, su pelo largo y castaño fascinaba a todos. Lily venía de una familia tradicional y conservadora del interior del estado. Era de ascendencia francesa y de una posición económica, por así decirlo regular. Su papá era el típico macho de pueblo y su madre una esposa sumisa y atada a su marido. Lily quiso salir de su pueblo esperando tener mayor libertad y al parecer lo había conseguido. Por las mañana asistíamos a la escuela y por las tardes Lily trabajaba de edecán para diferentes marcas de promocionales, especialmente agencias de autos y compañías de celulares. Llevábamos medio año de noviazgo y yo había sido el primer y único hombre en su vida. Al principio de nuestra vida sexual Lily tomaba pastillas anticonceptivas pero como era muy descuidada optamos por mejor utilizar preservativo en cada encuentro. A ella no le gustaba mucho la idea, pero yo no quería que saliera embarazada a media carrera. Al pasar dos semanas de comenzar el segundo semestre asistimos a un bar de esos donde los estudiantes universitarios acudían cada jueves. Era ...
... la primera vez que Lily iba a un lugar de esos y estaba emocionada. Se vistió muy sexy, con una mini rosa y una ombliguera sin brasier. Comenzamos a beber y a bailar, al cabo de un rato las cervezas, la música y el reggaetón comenzaron a surtir efecto. Lily comenzó a calentarse y después de un rato bailando me pidió que nos sentamos. Ya sentados comenzamos a besarnos. Los bancos eran altos y circulares al igual que las mesas. Esa noche las piernas blancas de Lily lucían especialmente sexys y comencé a acariciarlas poco a poco hasta subir a su antepierna y rosar su vaginita por encima de la tanguita. Después de un rato de morreo pude sentir como comenzaba a mojarse y quizá por el alcohol y la desinhibición me atreví a pedirle que fuera al baño y se quitara la tanguita. Para mi sorpresa ella acepto, se levantó, fue al baño y a los pocos minutos regreso, me dio la mano y me entrego la tanga. Volvió a sentarse en su banco y continuamos con el manoseo, yo cada vez subía más su falda y ella cada vez abría un poco más las piernas. Lily comenzó a mojarse completamente, en cierto momento me acerque a su oído y le dije: -Amor debemos parar, hay mucha gente y pueden verte. El lugar estaba completamente atiborrado de estudiantes. Para mi sorpresa ella me respondió: -Me da lo mismo que me vean, es más, me excita. Acto seguido deslizó su cuerpo un poco hacia abajo y su falda subió a un más, al mismo tiempo abrió más sus piernas. A los pocos minutos pase de acariciarla a masturbarla y Lily ...