1. Espiando por la mirilla


    Fecha: 08/02/2019, Categorías: Voyerismo Fetichismo Autor: Iría Ferrari, Fuente: CuentoRelatos

    Lo que les voy a contar, sucedió aproximadamente unos diez años yo tenía por aquel entonces 18 años y mi vecina tenia unos 35 años yo cada vez que la oía subir por la escalera la miraba por la mirilla, ella solía vestir una falda vaquera unos zuecos y unas medias negras. Cada vez que llegaba al descansillo y cuando se agachaba a recoger la bolsa de la compra le veía todo el muslo con esas medias negras que me ponían a cien. Mi pene se me ponía como un garrote tanto que luego iba al baño a hacerme una paja no lo podía remediar. Surgió un domingo que me quede solo en casa, cuando, de repente sonó el teléfono y era mi vecina que se había quedado sin café que si le podía prestar un paquete. A lo que le dije que sí, pero que a condición de que desayunara conmigo. No puso ninguna objeción por lo que al poco rato sonó el timbre. Era ella. La hice pasar al comedor, saque el desayuno que tenía preparado para agasajarla e intentar cortejar, cuando de repente me dijo: - ¿Porque me espías por la mirilla? Sé de sobras que lo haces, querido vecino. - es que me encantan tus piernas y más aún tus medias negras. Me escape un instante a mi habitación, abrí el cajón de la cómoda y le di unas medias negras de seda de tacto muy suave, que había comprado hacía ya días fantaseando con ellas. Me dijo que eran muy bonitas y que me abrían costado mucho dinero y que eran mejor que las que llevaba en ese momento puestas, se quitó medias las que llevaba y se puso las medias que le había regalado en ...
    ... aquel momento y me dijo: -¿tanto te gustan mis piernas? Me sugirió que las acariciase a ver qué tal le parecía. Cogí un zueco, se lo saque de su pie y lo empecé a besar lentamente poco a poco, fui subiendo por la pierna y ella se acomodó en el sofá y cerró los ojos. Cuál fue mi sorpresa que no llegaba tanga por lo que cuando llegue a su rajita la empezar a dar un masaje con mis dedos y ella empezó a gemir: -ummmm uffff!!! Abrí sus labios vaginales y le introduje mi lengua para que ella continuará gimiendo. -mmmmm uffffff!!! No paraba de gemir desesperada y me pedía: - sigue no pares, pero que bien lo haces!! Se sacó el otro zueco con el pie, para hacerme un masaje sobre mi pantalón y yo seguía metiéndole cada vez la lengua más adentro de su vagina que la tenía súper mojada y súper excitada. Ella, extasiada me abrió la bragueta bajo mi slip y me daba masajes con los pies directamente sobre mi pene, al sentir el roce de estos con las medias me puse muy caliente y empalmado. Al darse cuenta me pidió desesperada que se la metiera ¡YA! La cogí de la mano y nos fuimos a mi habitación, me tumbe boca arriba ella se puso encima de mí abrió su bolso y cogió un preservativo y me lo puso lentamente cogiendo mi pene duro y se lo introdujo en su dilatada vagina como si nada. La suave acción de mete - saca al principio muy despacio era suficiente, pero, luego entre jadeos más subidos de tono, fue cogiendo intensidad la rapidez de mis embestidas. - No pares, no pares. Me imploraba con sus caras ...
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