1. Con uno de mis amigos de la adolescencia (Tercera parte)


    Fecha: 10/02/2019, Categorías: Gays Confesiones Autor: buitrepanda, Fuente: CuentoRelatos

    Una vez que dejamos de bailar, fuimos besándonos hasta su dormitorio, él se dirigió al baño en suite a higienizarse. Me dijo que prendiera el aire acondicionado para templar el ambiente, y que prendiera la veladora de una de las mesitas de luz, lo hice, y también se prendió con esa luz tan especial: como la “luz de una vela”. Luego me acosté en su cama del lado del ventanal, de costado y dándole la espalda al baño. Al salir Edu del baño, me di cuenta que se quedaba parado por unos instantes. - ¡¡Qué hermosa colita que tenés, Carli!! ¿Usás sunga en verano? Porque tenés bronceadas muy poco las nalgas. Me encantan. Además son bien formaditas, carnosas y redondeadas. ¡¡¡Me dan ganas de comértelas!!! - Y comémelas, ¿qué esperás, bobo? Estoy deseando que me hagas tuyo –le respondí. - Pero es que yo quería que me cogieras primero a mí. –me dijo con un tono de voz quejoso y mimoso. - Después que me cojas a mí, hacemos una cambiadita, o mejor, dicho, vamos a hacer unas cuantas cambiaditas esta noche. –le dije. En eso siento que se acuesta en la cama y se acuesta detrás de mí en posición de “cucharita”. Lo primero que sentí, por supuesto, fue su grueso, y ya, duro pedazo contra mi cola y lo puso todo a lo largo de la raja de ésta. Luego empezó a besarme la nuca y con su mano derecha me acariciaba mi pierna derecha, mis nalgas mientras sus dedos, pasaban por la raja de mi cola, y cuando llegaba a mi ano, se detenía y jugaba con ellos por su alrededor. Yo moví de inmediato mi cola como ...
    ... tratando de “embocar” no sólo su dedo en mi culito, sino más que nada el caliente pedazo que sentía en mi cola. Pero él muy hábil, se corrió hacia atrás, para hacerme desear. - Ay, malo. No me hagas desear. Meteme tu pedacito, por favor. - ¿Pedacito? –me preguntó. - Nooo, mi amor, era una broma. Es un gran, enorme, y grueso pedazo, que lo estoy sintiendo por mi colita. Y lo estoy deseando con locura. ¿No tiene ganas de entrar en mi culito? –le pregunté. - Por supuesto que sí. Pero fueron tantos años de añorar esta situación que quiero hacerlo muy despacio –me dijo. - Tenés razón, mi vida. Y di vuelta mi cabeza, para buscar su boca y podernos besar. ¡¡Qué beso!! Hacía muchos años que no besaba y no recibía un beso de esa manera, con tanto amor y calentura, por ambas partes. Mientras me besaba sus manos acariciaron mis tetillas, mi ingle, mi pene y él apretó el suyo contra mi colita otra vez. - Dale por favor, cogeme de una vez. –le pedí. Dicho eso, me hizo poner boca abajo, y comenzó a besarme toda la espalda y fue bajando y bajando, y al mismo tiempo, yo levanté mis caderas para que mi colita quedara a unos cuantos centímetros por sobre el colchón. Cuando llegó a mi ano, de tan caliente que yo estaba, me parecía que hasta latía. Al llegar al culito, me lo empezó a besar con sus labios primero, para luego pasarle la lengua todo alrededor, hasta que en un momento delicioso, me puso la puntita de su lengua. Empezó con la puntita pero en seguida sentía que ponía todo lo que podía ...
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