-
Sigue la fiesta de fin de año
Fecha: 10/02/2019, Categorías: Gays Sexo en Grupo Autor: Mago21, Fuente: CuentoRelatos
A la mañana siguiente me desperté con dolor de cabeza por el alcohol y con dolor en mi recién desvirgado culo. Me incorpore un poco y encontré a Carlos dormido y desnudo a mi lado. Era tan guapo, con el pelo rubio enmarañado, su cuerpo fuerte y marcado al descubierto y su polla dormida. Recordé lo sucedido esa noche y no pude evitar sonreír. Fue de las mejores noches de toda mi vida. Lentamente me acerque a su rostro y le di un beso en la frente. Luego fui bajando y le di otro en la mejilla. Por ultimo me acerque a sus labios y pose los míos en ellos. Un beso largo. Note movimiento y sus ojos verdes se encontraron con los míos. No hubo ninguna reacción desagradable o molesta en su rostro, y me correspondió el beso: —Bonita forma de despertarse. Ojalá fueran todos los días así. —A mí también me gustaría– le dije mientras me levantaba de la cama. Carlos se desperezo y salió de la cama de un salto. Empecé a ponerme la ropa y el hizo lo mismo: —¿Crees que tu hermano se habrá despertado? —No lo sé. Estaba muy borracho anoche. Cuando ya estábamos los dos vestidos salimos con sigilo de la habitación. Al salir me fije que en el suelo había unas pequeñas manchas blancas, pero no le di mayor importancia. Nos situamos junto a la puerta de la habitación de Daniel y abrimos sigilosamente. En la cama se distinguía un bulto que soltaba pequeños ronquidos. Volvimos a cerrar la puerta y bajamos: —Bueno -le dije- yo me voy ya a casa que estarán preocupados. —Me da pena que te vayas. —Y a mí, ...
... pero sabes que esto no tiene futuro. —Lo sé. Aunque alguna vez me gustaría volver a probar ese culito -dijo mientras me daba una suave palmada en mi trasero. —Eso tenlo seguro. Yo también tengo ganas de volver a probar muchas partes de tu cuerpo. Nos dimos otro beso y me fui. Al día siguiente me fui con mis primos a dar una vuelta por el campo a las afueras del pueblo. Llevábamos unas horas caminando y hacia mucho frio, por lo que decidimos parar en un bar. Me levanté de la mesa y cuando fui al baño me encontré con Daniel, el hermano de Carlos, que salía: —Hola Alberto. —Anda hola. ¿Cómo te encuentras? —Mejor. Siento mucho el numerito del otro día. Pero gracias a tu ayuda solo fue un susto. —Me alegro -nos quedamos unos segundos callados- ¿Y tu hermano? —Ha ido a dar una vuelta y me dijo que no volvía hasta la noche. Os habéis hecho muy amigos, ¿no? —Eeee bueno sii, un poco. —Ya veo -me dedico una sonrisa pícara. —Bueno voy al baño. —Vale yo me voy ya a casa. Entre y me quede en la puerta pensando a que se refería. No estaba seguro si había sido una conversación inocente o sabía algo de lo que paso la otra noche. Cuando salí me encontré con mis primos hablando con Daniel. Los cuatro volvimos al pueblo. Yo estuve todo el camino pensando en todo lo ocurrido. Cuando Daniel se iba a su casa decidí acompañarle: —¿Qué es lo que sabes? -le dije directamente. —Se muchas cosas. Sé qué haces gemir a mi hermano -me dijo sin mirarme a la cara, con aire de superioridad. —Bueno -le dije con ...