La pertenencia (9): La joya
Fecha: 10/02/2019,
Categorías:
Dominación
Autor: ibarra.heber, Fuente: CuentoRelatos
Antes de irme esa noche le dije que al otro día, camino al aeropuerto, nos íbamos a juntar a almorzar en la misma confitería de la primera vez. No expresaba pesar por mi partida, sólo alegría por mi llegada. "¿Cuánto te pagan?" "2.200" Muy poco más que el mínimo, y eso que era titulada. "Quiero que te hagas valer. Yo soy tu dueño, ellos no, ellos son tus empleadores. No necesito que me lo confirmes, sé que si te vas les va a costar mucho encontrar a alguien como tú. Responsable, confiable, cumplidora, minuciosa, honesta, trabajadora, esforzada y más encima te llevas bien con tus compañeros de trabajo." No bajó la cabeza ni se avergonzaba, estaba seria, imbuyéndose de un nuevo personaje. "Muy bien." Mostraba toda la actitud que le estaba pidiendo. "Cuando nos volvamos a encontrar aquí para el almuerzo del martes en dos semanas más vas a haber conseguido un aumento." En las calle nos despedimos con un beso, no un besito. Sin hacer escándalo, corto pero no un piquito, un momento que no dejaba dudas. De la misma manera nos saludamos en nuestro reencuentro. Tenía grandes noticias. "¡Me subieron 200 bolivianos!" No era mucho, pero era algo. "¿Cómo fue?" "Facilísimo. Mi jefe me miró y así, de una vez, me dijo que bueno, que me iban a pagar más. Fue como que lo estaban esperando." "¿Estabas nerviosa?" "Nerviosísima, más que la primera vez que nos vimos. Cuando nos sentamos aquí esa vez ya me hiciste sentir más segura. Pero con ellos no demostré nada, nada de nada." "Sólo seguridad." ...
... "Sí, mala. Nunca había sido así. Me gustó." "No vas a dejar de hacerlo." "Gracias." "Es mi placer." Hablé con el administrador del hotel. Le presenté el negocio. Ellos podían revender mi habitación, pero la factura tenía que seguir a mi nombre. Acordamos sin demasiada discusión el porcentaje en que nos repartiríamos ese ingreso extra. La reserva iba a seguir a mi nombre y les dejé mi número por si cualquier cosa. Tenían bastante ocupación así que no iban a faltar interesados en una oferta sin factura. Nos juntamos después del trabajo para ir de shopping de nuevo a San Miguel. "Te vas a elegir joyas. No diamantes ni oro. Plata y piedras semipreciosas. Lo que importa es la calidad del diseño. Aros y collar. También pulsera si encuentras algo que venga bien." Se lo tomaba muy en serio. Mientras adelantaba mi trabajo en el café de un prestigioso hotel céntrico del que me iba a hacer cliente habitual sin alojarme, me llamó. "No te los pongas. Haz que te los envuelven ahora." Fui a pagar. No los abrí, llevamos el paquete con las cajitas en una bolsa. La maleta ya la había dejado en la recepción de ese hotel. Fuimos a buscarla. Estaba un poco confundida. A medida que se le fue aclarando su sonrisa explotó. "Ahora te vas a probar tus nuevas adquisiciones. Veamos cómo hacen juego con el vestido." Mi maleta todavía estaba en la esquina. Viajo liviano, un equipaje de mano de los más chicos. Le quedaban muy bien. No sólo hacían juego con el vestido, también con su piel y su cuerpo. Iba a ...