1. A los pies de la mujer madura


    Fecha: 23/10/2017, Categorías: Fetichismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    A LOS PIES DE LA MUJER MADURA Esta historia ocurrió no hace mucho. He de decir que siento una gran atracción por los pies femeninos. Normalmente llevo conmigo una pequeña cámara digital que utilizo para fotografiar los que más me gustan. Una mañana y por motivos de trabajo tuve que presentarme en una casa de las afueras. Al llegar intuí que la familia que vivía allí era de un alto poder económico, jardín con césped, una fuentecita, una gran verja, etc. Llamé al timbre pero nadie respondió. Lo intenté un par de veces más pero no hubo manera. Cuando decidía irme llegó hasta la casa un gran coche todo terreno y la verja se abrió. Esperé pacientemente en la puerta hasta que la persona bajara del coche. Aún recuerdo la increíble visión de esas piernas bien torneadas, bajando del coche, intentando que las increíbles sandalias de madera no cayeran de sus pies. Me acerqué sin poder dejar de mirar esos pies embutidos en las sandalias, parecía que estas iban a estallar. Miré hacia arriba y un vestido negro por encima de las rodillas me indicaba el camino ascendente de mi vista hasta llegar a un pronunciado escote y a una cara felina y sonriente en la que reposaba el cabello rubio. Sara. Me presenté, ella me dio la mano. Le comenté el motivo de mi visita y enseguida me invitó a entrar en la casa. Yo caminaba detrás suyo y comenzaba a encender dentro de mi bolsillo la cámara para fotografiar esos tacones y como los pies se despegaban de ellos al andar. Llegamos al salón y me ofreció ...
    ... sentarme en un enorme sillón con vistas a la piscina. - Creo que voy a ponerme algo más cómodo, estos tacones me destrozan los pies – Me dijo antes de comenzar a subir las escaleras hacia el piso superior. Aproveche para fotografiar como pude sus pies antes de que desaparecieran de mi vista. No tardó en volver, el vestido se había convertido en una bata altamente sexy y los tacones en unas zapatillas de tacón pero creo un poco más cómodas. Me puse colorado. Se levantó y me preguntó si quería tomar alguna cosa, le contesté que no. Salió del salón y volvió a los pocos segundos con un bote de crema en las manos. Se sentó a mi lado, me pidió que le comentara todos los pormenores de la operación que me había llevado hasta allí y acto seguido descalzo un pie y comenzó a masajearlo con la crema. Yo me quedé embobado mirando como toqueteaba su pie, delicado, muy cuidado, yo diría que un 38 con las uñas muy bien recortadas y pintadas de negro intenso, algo necesario para hacerlas resaltar con el moreno de la piel. Se reclinó y puso su pie sobre mi regazo. Al cabo de unos segundos se contorneó y con un fuerte gemido se corrió. Me quedé pasmado. Cuando se recuperó a los pocos segundos se lanzó como una tigresa a mi verga y comenzó a succionar fervientemente. Yo estaba a punto de correrme. Me bajo los pantalones por completo y se introdujo toda mi polla en la boca a la vez que sus dedos desfilaban por mi culo. En un momento me clavo el dedo índice en el culo y hundió mi verga en su boca ...
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