VENCIDO Y VEJADO Y HUMILLADO POR UNA CHICA
Fecha: 05/09/2017,
Categorías:
Dominación
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Andate ya de este relato...si sufrís enterándote de cómo un macho es conquistado por una mujer, andáte. La María y yo, éramos adolescentes. 16 años teníamos. Yo era un chico sumamente hermoso modestia aparte, y mi despertar a lo erótico estaba dándose con fogosidad de deseos como volcánicos. La María, era una chica vecina. Hermosa y dueña de un cuerpazo espectacular, destacándose en ella unas gordísimas piernotas y unas tetas divinas. Ah! y un culazo despampanante. La María me tenía re-caliente, pero yo no quería darle el brazo a torcer y no aceptaba reconocerlo aunque era harto evidente que yo andaba ardiendo por la María. Todas las chicas del barrio lo sabían y se reían, y juntas con la María me vivían cargando con éso, y yo lo negaba orgullosamente lo que más las hacía reírse de mí. Aquello, se estaba convirtiendo en un bocado deliciosamente predilecto para aquellas puercas cochinas que ya se habían puesto todas de acuerdo para acosarme con esa cosa. Mi cerrada terquedad era grotescamente ridícula, y yo, empecinado en hacerme "el difícil", seguía y seguía negando que la María, me estaba volviendo loco de calentura. -"Un día la María te va a agarrar y te va a hacer saltar ríos de leche por la pija para que veas lo lindo que vas a gozar siendo juguetito caliente de ella!" Fue el decir de una de sus amigas ahí delante de todas y de la propia María, y todas se largaban las carcajadas y la María se reía con ellasmientras yo. ¡HERVÍA!!! Ya aquello estaba en un punto ...
... gigantescamente alto del relajo y el deseo de todas ellas y de la propia María de que yo cayera en las manos de aquella chica para ser su objeto, hasta que inteligentemente saben manejarme aprovechando la superioridad en inteligencia sobre mi persona, sabiendo acorralarme de tal manera que me hacen ir en una discusión hacia un punto donde me hacen aceptar el competir en un juego que debería jugar contra la María, y si yo perdía. pues. ¡debía desnudarme y dejarme masturbar por la María y dejarla que hiciera lo que quisiera conmigo delante de todas! Fuí tan astutamente acorralado en aquella discusión que brillantemente supieron llevar, que terminé teniendo que aceptar si no quería quedar como el más ridículo y maricón de los cobardes, y. ¡acepté! Y allá, adentro de un inmenso parque boscoso en donde jamás andaba una mísera alma, allí. fue la cosa. Un simple juego de ta-te-ti era el que dirimiría tal cuestión, y sentados en el suelo y con todas las demás rodeándonos en un coro de risitas nerviosas y mientras la María y yo estábamos frente a frente. ¡comenzamos la partida! La María jugaba riéndose y haciéndome morisquetas y sacándome la lengua, y yo era como un volcán que comenzaba a echar humo anunciando sus ganas de estallar de tan caliente. Pero mi orgullo y ganas de no darle las ganas, podían más. ¡Después de todo yo era el MACHO!!! ¿qué mierda tenía la María que hacerme lo que ella quisiera y todavía. pajiarme!?!!!??? ¡NOOOOO! Jugábamos sobre la arena marcada con un palo y colocando ...