Arrepentidos los quiere Dios
Fecha: 19/02/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: febarsal, Fuente: RelatosEróticos
... desnudes delante de ellos, porque tu cuerpo Manolita es como el de una deidad. Quedé perpleja, y al recordar todas las vicisitudes que me trajo aquella hora tonta, y me dije: acordándome de Vivien Leigh en la película: "Lo que el viento se llevó". “A Dios pongo por testigo, que si por mi vulva dejé de ser una mujer honrada; por mi vulva seré reivindicada" Capítulo 3º No tenía experiencia, pero me dijo doña Patrocinio que fuera yo misma, tan natural como siempre, que mi cuerpo era la mejor tarjeta de presentación. Sólo me hizo una recomendación: --Se dulce y comprensiva con aquellos que requieran tus servicios, y proporcionales ese rato que sus esposas no saben darles. Y ten en cuenta, que son personas muy respetables, de alto nivel profesional, político e intelectual, casados pero aburridos. Era cierto, y eso me reconfortaba. En el poco tiempo que llevaba en "la Casa", todo el proceso se producía de una forma muy especial; se respiraba en el ambiente paz y tranquilidad, y "las señoritas" nunca tuvieron un percance ni una mala nota por parte de los señores que les requerían. --Y no te preocupes, que los primeros días estaré pendiente de ti para que no encuentres dificultades. Mi primer cliente Fue un marqués, de unos cincuenta años. Debo decir, que, doña Patrocinio de momento no me sacaba al salón con todas "las niñas" para lucirme ante los clientes. Dijo, que un bombón como yo sólo podía ser "degustado" por los muy especiales; y me retuvo en sus aposentos privados al que ...
... únicamente tenían acceso muy poquitas personas. La señorita recepcionista anunció la llegada de don Servando, Marqués de Flores del Campo, a quien hizo pasar inmediatamente; era uno de los clientes VIP. Después de los besos de rigor, el señor Marqués que ya me había hecho "el escaner", dijo: --Usted como siempre Patrocinio, tan hermosa y elegante. --Su excelencia que me ve con buenos ojos. Pero los años pasan. --Para usted no, se lo dice uno que le conoce desde hace muchos años. –¿Y esta señorita tan preciosa? Dijo dirigiendo a mí su mirada. --Algo especial, reservada para los asiduos de su categoría. La mirada del señor Marqués era limpia y clara, quizás vi algo de tristeza en la misma. Era un hombre de porte distinguido; alto y muy bien conservado para su edad. Le sirvieron una copa de coñac que degustó con deleite durante unos minutos, sin duda era un sibarita, por lo que mentalmente me preparé para satisfacer plenamente sus deseos. --Manolita, disponte, que el señor Marqués quiere estar contigo, dice que se ha enamorado de ti fulminantemente. Me sentía muy segura y serena, cosa que me extrañó para ser la primera vez que fornicaba por dinero; y esto me dio ánimos para afrontar mi primer encuentro. Y lo mejor: el señor Marqués no me producía ningún tipo de aversión. Todo lo contrario, su aroma a limpio me agradaba. Por lo que me dispuse a enfrentarme a mi primer gran reto. Me tomó del brazo y me llevó a la suite reservada para estos clientes. Estancia que conocía bastante bien, ...