1. Visitas a mi vecino (El partido)


    Fecha: 23/10/2017, Categorías: Gays Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos

    ... Rápidamnete, Ariel se encargó de sujetarle las piernas en alto y Dieguito empezó a trajinárselo loco de contento. - ¡Es que este culo me vuelve loco!, tío… ¡de verdad!. ¿Has visto que culo, Ari? ¡ ¡Uuufff!… ¡ya lo creo, primo!. A mi me pasa lo mismo… ¡me encanta!... Se lo Follaron a tope y le hicieron de todo, sin descanso; y, hasta que no sonó el pitido que daba por finalizado el encuentro, o sea, el final del partido, no se terminó la fiesta. Luego, se quedaron mirando la tele durante un rato, a ver si tenían suerte y había prórroga. Pero no la hubo. Cuando Rafa se marchó, se desinflaron. No podían mas… Esperaron mas de media hora a que subiera el abuelo. Pero como ya eran las 22:24… y no subía. - Voy a ver que pasa con el abuelo, ¿vienes conmigo?… solo es un piso. - ¡Venga! Bajaron a casa de D. Carlos y… - ¡Coño, Eugenio!, ¿estabas aquí?. - ¡Hola, Dieguito!… ¡si!. Me vine a la hora de comer, para estar con Carlos... hoy y mañana. - ¡Estupendo!… no sabes como me alegro de verte. - Yo, también ¡claro!. Pero, ¡pasad!...¡pasad!, no os quedéis ahí. Al entrar en el salón D. Tomás se estaba despidiendo de D. Carlos... y al verlos; los dos se revolucionaron un poco. ...
    ... - ¡Coño!… ¿pero quien es este?, Dieguito, dijo D. Tomás… - Es mi primo Ariel, que está este finde en casa. Y mirando hacia el sofá… - Mira el abuelo… ¡está sopa!. ¿Lleva mucho tiempo así?, preguntó. - No, se acaba de quedar dormido, dijo D. Carlos... D. Tomás se acercó a Ariel y… - ¡Es un placer!, y le ofreció la mano. - ¡Mucho gusto!, señor - Me llamo Tomás… y soy amigo de la familia. D. Carlos, que no podía dejar de mirarlo, no dijo nada; y aunque no le gustaba tanto como Dieguito, se dio cuenta, enseguida, de las hechuras del muchacho. - ¡Bueno!, yo me retiro, dijo D. Tomás… Y terminó de despedirse de todos. - ¡Supongo que no tardaremos mucho en vernos!, ¿no?… y salió de la casa. Diego despertó a su abuelo. - ¡Venga, “abu”!, que el partido ya ha terminado. ¡Vamos a casa! Fermín se despertó un poco aturdido pero... - ¡Vaya!, siempre me pasa lo mismo, dijo mirando a D. Carlos. ¡Bueno!, tu ya me conoces Carlos. Ya sé que no molesto. ¡Gracias, por la estupenda velada!. Y los chicos acompañaron a su abuelo, a la salida… Pero, antes de salir por la puerta, Eugenio les invitó a que bajaran a tomar café el Domingo. Y naturalmente aceptaron… ¡Bueno!… Dieguito aceptó. 
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