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SE HIZO EL DIFICIL PERO AL FINAL ME ROMPIO EL CULO
Fecha: 20/02/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... que tenía un amigo para presentarme, que me iba a gustar ‘porque era muy cargado como a mí me gustan. Le pregunté si más larga o más gruesa que la suya y me dijo ambas cosas. No podía creer porque la de él ya era grande. Quería verlo, pero primero terminamos nuestra tarea. Comenzó a acelerar el ritmo de la penetración y me llenó el recto con su leche y dejó que se achicara adentro. Cuando lo sacó me dijo “ahora te lo presento, está en la habitación de al lado”. Se vistió y se fue. Me quedé esperando desnudo como estaba. Pasaron unos minutos y apareció “el gringo”. Físicamente no era gran cosa, estatura mediana, delgado pero su cuerpo no estaba marcado. Nada hacía presuponer algo especial. Esperaba con ansias poder apreciar esa herramienta a la que Mario le había hecho tanta propaganda. Pero cuando quise tocarle el bulto me dijo “¿cuánto me pagas? Me tomó de sorpresa. Le dije: Primero dejame verla para saber cuánto vale Entonces me dijo “No. Dame $ 50 (en ese momento era bastante dinero) y hace con ella lo que quieras, chupala, métetela en el culo, lo que quieras. Pero primero los $ 50”. Yo no tenía ese dinero encima y además no me había gustado esa actitud. Así que ahí mismo cortamos todo. El se fue, yo me vestí y volvió a aparecer Mario. Le conté lo que había pasado y me contestó: “Me sorprende porque tenía muchas ganas de cogerte para romperte el culo. No me dijo nada que sin plata no te la daba. Bueno, una lástima porque te hubiera gustado, tiene una pija terrible” Nos ...
... despedimos con un beso y me fui a mi casa con un poco de calentura, bastante leche en la cola y mucha bronca por lo que había pasado. Al día siguiente, a la tardecita salí a hacer unas compras a la despensa de la otra cuadra y cuál sería mi sorpresa cuando veo al “gringo” parado en la esquina de mi casa. Cuando pasé al lado de él salude con un simple “chau”. Entonces el mes preguntó “Que tenès que hacer esta noche”. “Nada le contesté”. Entonces dio la estocada “Te espero a la medianoche en mi casa” (quedaba a una cuadra de allí). Por las dudas le aclaré “Pero no tengo dinero” a lo que me contestó “No importa. Anda lo mismo que lo vamos a pasar bien igual”. Yo seguí camino a la despensa como caminando entre nubes. No entendía que había pasado para que cambiara así de idea. Esto era alrededor de las 8 de la noche. Faltaban cuatro horas. La espera se me hizo interminable. Cenamos, mis padres se acostaron y yo me quede levantado esperando la hora para ir. Llegó el momento. Salí mirando para todos lados que no me vieran entrar a la casa que quedaba al fondo del terreno. Cuando estaba entrando el corazón me latía a mil. No sabía con que me iba a encontrar. Cuando estaba llegando cerca de la casa escuché que se abrió la puerta y apareció alguien que a contraluz no podía definir quién era. Seguí avanzando y recién ahí pude ver que era “el gringo” que había salido al encuentro porque me había visto a través de una ventana. Me hizo pasar y enseguida nos dirigimos a la habitación. Cuando ...