Cómo cambió mi esposa
Fecha: 21/02/2019,
Categorías:
Intercambios
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
El lugar era diferente al anterior, más grande, pero sobre todo con más show, hechos por el propio público. El ambiente se volvió más liberal a eso de la media noche: ya había parejas semidesnudas, había una mesa en la que dos hombres estaban acariciando sensualmente a una mujer y al rato ya uno la estaba penetrando. Nosotros bailábamos y nos reíamos con las ocurrencias del público. Estando sentados descansando, vi a un hombre que miraba insistentemente hacia nosotros, dije que iba al baño y antes de entrar le hice una seña al tipo, se me acercó y le inquirí si le interesaba intentar algo con nosotros, intentar porque le aclaré que mi esposa teóricamente nunca aceptaría que un desconocido le hiciera el amor y menos en un lugar público, el aceptó y platicamos largo rato sobre la estrategia a seguir, acordando que no habría problema si no se lograba algo. Estando sentados, el se acercó y nos pidió permiso para sentarse a un lado de nosotros, dijo que la vista era mejor y que había ido con unos amigos y amigas, pero que se retiraron y el prefirió quedarse a ver. De acuerdo a lo pactado no dijo nada más, se dedicó a ver lo que hacían otros, siempre bien educado. Al rato nos pidió lumbre para encender un cigarro y nos hizo el comentario que era divertido todo lo que estaba pasando, luego se disculpó por interrumpirnos, le dije que no había problema y nos contestó que si entonces no habría problema si se unía a nuestra plática, pues aunque divertido ya se estaba enfadando de ...
... estar solo. Fue así que comenzamos a platicar y conocernos un poco. Al rato ya hasta chistes picantes estábamos contando entre los tres. Empezaron a poner música de cumbias, de las que se bailar un poco, y me fui a bailar con mi esposa, regresamos al rato y seguimos platicando, luego empezó la música tipo salsa, de las que no se bailar, pero que a mi esposa le encantan, me pidió que fuésemos pero le dije que sabía que no lo hago bien, entonces el amigo, que llamaremos Joel, nos dijo que si mi esposa aceptaba y no había problema conmigo el sabía bailar bien, dije que adelante y se fueron a bailar. Prácticamente todas las parejas que estaban bailando estaban enseñando mucho de su cuerpo y tocándose descaradamente, mi esposa y Joel eran los únicos que no lo hacían, de pronto al tener que acercarse uno al otro mi esposa sintió en su pubis la erección de Joel, que de inmediato se disculpó diciendo que era imposible dejar de ver lo que estaba sucediendo y sin excitarse, que si quería se fueran a sentar, mi esposa lo disculpó pero le pidió seguir bailando, tomando como algo natural el sentir de vez en cuando la erección de el en su cuerpo o sería que tal ves le gustó. Luego el le dijo que era mejor que se fueran a sentar pues, con todo respeto, se estaba excitando mucho y no quería faltarle al respeto. Estando todos sentados notamos que la mayoría de la gente traía ya muy poca ropa y propuse que jugáramos a algo y apostáramos prendas, como no traíamos ningún juego propuse jugar al ...