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Cuando era chica (parte 2)
Fecha: 21/02/2019, Categorías: Incesto Autor: evloguer, Fuente: SexoSinTabues
... allí abajo. Mi papito muy solícito me acomodaba la ropita pero no lograba dejarme bien la prendita íntima que se me metía entre las nalguitas. Ya en casa me atendían como a una princesa, cuando mi madre se fue al empleo mi papito dijo que debería bañarme para quitarme los olores de hospital, el problema era que ahora yo no podía hacerlo solita y me llevó en brazos. No sé que le pasaba a mi papito que temblaba mientras me quitaba la ropa, no hacía frío y temí que se estaría enfermando contagiado en el hospital por culpa mía. Me tenía que llevar a la ducha y debió quitarse la ropa también, se dio vuelta al bajarse los pantalones mostrándome su espalda peluda, hasta en la cola tenía pelos. Me extrañó que tenía su pipí durísimo y grande al meterme bajo el agua, pude sentarme en el piso mientras papi me sostenía con una mano y me lavaba con la otra. Era muy alto y su palito duro me pegaba en la cara, recordando cómo el enfermero me había dado una mamadera abrí un poco la boca tratando de atrapar el biberón carnoso con los labios. Esta vez mi padre me lavaba la cabeza con movimientos que parecían acompañar su coso duro entrando y saliendo de mi boca. Me dijo al oído que sería indecoroso para un padre largar la lechita en la boca de su hijita y me haría mejor si la aplicaba como enema. Esto me ponía nerviosa recordando la manguera del hospital, pensé que debería meterme eso por atrás para recibir un enema. Mi papito me lavaba mucho la cola pasando un dedo enjabonado entre mis ...
... nalguitas, parece que el dedo no me limpiaba bien allí y se enjabonó el coso duro pasándome la puntita por entre los cachetitos. Cada tanto se le trababa en mi anito, creo que no estaba bien curada allí atrás; aveces se le quedaba el glande incrustado en mi anillo de hacer caca y en una de las pasadas lo dejó allí haciendo presión. Recién al sentir que me la estaba metiendo en el culito, pude darme cuenta que eso sería el enema curativo, no la horrible manguera de goma. Al relajarme pudo meter algo más de la puntita y ya no me dolía tanto al percibir que mi padre me estaba introduciendo su manguera de carne por el ano. Por suerte me distraía con una mano en mi puchita lavándola cariñosamente, cuando aumentaban mis temblores vaticinando las estrellitas empujó fuerte enterrándomela toda en el culito, eso dolía pero no importaba por lo lindo del mareo al sumergirme entre estrellas de colores. Salía del desmayo que me producían las sensaciones, apenas percibiendo que el fondo de mi intestino recibía chorros de lechita curativa. Era hora de la siesta pero no podría dormir solita en mi habitación y me llevó a la de mi hermano. Era un holgazán que dormía hasta tarde y regañaba enojado tener que compartir su cama. Mi hermano era mucho más grande que yo y siempre me peleaba escondiéndome las muñecas, creo que esta vez se compadeció viéndome enfermita y me abrazó desde atrás diciendo que era una nena muy bonita y pronto me curaría. Yo soñaba que estaba montado a caballo pero en pelo, sin ...