1. el cine porno


    Fecha: 22/02/2019, Categorías: Voyerismo Autor: toleto, Fuente: xHamster

    ... pares, sobre una mesa. Locker o privado, tú eliges; pagas 70 pesos por el primero o 100 pesos por el segundo. Con cualquiera que elijas, te dan una toalla y la tela que es usada como pareo. Te proporcionan la llave con el número asignado, caminas unos pasos al frente y encuentras el área de lockers, con 100 de ellos en un espacio muy reducido y una banca donde los hombres se des­pojan de su ropa hasta donde se sientan cómodos. Caminas y lo primero que encuentras son dos escaleras; unas en dirección ascendente y otras descendente, pero si sigues tu paso y las ignoras, descubri­rás un área de privados, cuartos con una cama de 50 centímetros por 2 metros de largo. Entre pasillos oscuros, ilumi­nados por una luz azul tenue, lle­gas a la sala de video, 15 sillas de plástico y una pantalla plana conforman el lugar. Una pelícu­la porno gay se reproduce mien­tras seis hombres observan, algu­nos con la entrepierna abultada y los demás masturbándose, sin descaro, en completa desnudez. “Las escaleras que van para abajo son las que resguardan el menor pudor, el camino hacia la derecha te lleva hacia otra área de privados, el de la izquierda te lleva hacia el mismo diablo, se pone muy rico el ambiente, vas a encontrar de todo: fresas, cha­calones, viejitos, mucho chavo joven y sabroso”, comentó Car­los, joven de 20 años, estudian­te de Economía, que visitaba el lugar por quinta ocasión. Sujetos caminan de aquí para allá, toman cerveza y fuman, algunos en toalla, otros sólo con el pareo y ...
    ... otros más en ropa inte­rior o traje de baño. Un jacuzzi es lo primero que se deja ver, alre­dedor de siete hombres están en el interior, tres de ellos se besan, se acarician y hacen movimientos que poco dejan a la imaginación. Frente al jacuzzi, un cuarto; el vapor resultaba, para algunos, sofocante después de un tiempo. “Ya me abro, no aguanto”, dijo un señor mientras caminaba a la salida, a dos más no les importó el calor y practicaron sexo oral en presencia de los incontables espectadores debido a la poca visibilidad del espacio. Casi al lado se encuentra el cuarto oscuro, una recámara muy pequeña en donde si te vas a parar es porque quieres sexo; hombres altos, chaparros, delgados, gor­dos, jóvenes, adultos mayores, con toalla o desnudos… se besan, se masturban, practican sexo oral y, los más despreocupados, pene­tran a alguien más. Al fondo de este piso se encuentran los baños no del todo limpios y las regade­ras sin separación, en donde o te preparas para entrar o te preparas para despedirte del lugar. En el tercer piso están unos camastros y un techo de cristal que permite la entrada del sol; “El Solá­rium”, le llaman. Es la parte más vacía, sólo se ven a dos hombres. “Yo vengo acá porque no hay pena y nadie te juzga, vengo al jacuzzi, al vapor, a ver hom­bres desnudos o semidesnudos, a ver si alguien quiere pasar un rato agradable, porque aunque digan lo que digan, aquí se vie­ne a coger”, aseguró , un señor de 40 años que deja claro que el conservadurismo pobla­no no ...