Loli, si quieres, chúpamela
Fecha: 23/02/2019,
Categorías:
Dominación
Autor: Tahotlo, Fuente: CuentoRelatos
... con las dos manos y le di pellizcos y bocados. Abrí sus cachetes estando yo de pie. Cogí una cuchara sopera de acero inoxidable de la mesa y se la metí en el agujero del culo a Loli, por el lado más estrecho, moviéndola después, jadeaba la muy zorra como una loca. Le chupé el coño y al momento se la clavé entera en su chochito rosado agarrándola de la piel suave de su cintura. Me dolía el culo de darle arremetidas, su coño estaba tan empapado que mi polla patinaba. Mientras me la follaba escuché como se abría la puerta de la entrada, no paré, ¡al contrario!; aceleré, sintiéndome el macho del grupo y queriendo que su novio me viera follándomela. Se acercó a nosotros y dijo al llegar junto a la mesa donde se apoyaba su novia: —Enrique, no me importa verte montando a Loli, al contrario; me excita; te pareceré tonto o algo peor, pero, aunque no lo entiendas, deseo que me domines a mí también y me hagas lo que quieras. Entonces yo estaba tan excitado de poder que creía que me iban a reventar las venas de la polla. Le dije al muchacho, a la vez que separaba mis piernas la una de la otra todo lo que podía: —Jaime, ponte detrás de mí mientras me follo a tu novia, no te desnudes que no me gustan los hombres; solo acaricia mis huevos con tus manos mientras intento abrirle el culito a Loli, por cierto Jaime, ¿se lo has abierto tú alguna vez a Loli? —No Enrique, nunca me he atrevido a pedírselo —dijo con una mirada de entrega y le contesté: —Lo suponía, ¡anda!, ponte detrás de mí y ...
... acaríciame los huevos, ¡como si fueran de oro chaval! Tú, Loli, si quieres dejarme, me gustaría metértela por detrás, ¿me dejas? —Enrique desde ahora no tiene usted que preguntar, solo haga lo que quiera; está usted en su casa. Le saqué la cuchara del culo y le chupe el ano, no estaba sucio, solo algo sudado; le di mordiscos en el culo, marcando mis dientes con moratones. Su novio me acariciaba los huevos como una prostituta, incluso acariciaba mi ano y el comienzo de mi pene; pero sobre todo acariciaba dulcemente mis huevos con las yemas de sus dedos suaves. Apoyé la punta de mi pene en el agujero del suave culito de Loli, apreté y, al contrario de lo que esperaba le "entró" a la primera, eso sí, muy apretado. Mi pene entró poco a poco en su ano hasta el fondo. Yo sentía como la dureza de mi polla arrastraba las carnes de Loli, al mismo tiempo que su novio daba pasadas, sin haberme pedido permiso, con su lengua en mis testículos, con cuidado, como un gato; con pasadas continuas desde mis colganderos huevos hasta el comienzo de mi espalda pasando por mi ano, era un tigrecito entregado. Ella, al notar como yo aceleraba en su interior con la intención de "abrirla por detrás", con un ritmo frenético, me dijo: —Enrique, Enrique; ¡Enrique! Le saqué el pene y me lo lavé en el aseo, volví junto a la pareja, y les dije a los dos: —Por favor, si queréis, poneros de rodillas delante de mí; ¡tú!, Jaime, sigue acariciándome los cojones, y tu Loli, chúpamela otra vez... el novio de mi ...