Tres maduras fogosas
Fecha: 24/02/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: tajin, Fuente: CuentoRelatos
... acomodaron así. - ¿qué hacemos con Matilde? - Pues igual y también me la cojo, si te fijas no está tan mal, tiene unas nalgas ricas y se ve que es las entusiasmada. - ¡ah caray! ¿y cómo le vas a hacer? - Ya veremos, igual y tú también te la coges. Regresaron las chicas, seguimos bebiendo y bailando y en la oportunidad que volví a bailar con Renata, le dije - ¿te gustaría que vayamos a otro lado? - aquí está bien ¿no? - si, si está bien, pero me refiero a un lugar donde podamos estar solos - jajaja ¿por qué siempre dicen lo mismo? - ¿y entonces cómo se dice? - pues directo, que quieres acostarte conmigo - ah bueno, pues si así es, pero hay que ser más correcto - bueno, pues dilo - me quiero acostar contigo - ¿y que hacemos con los chicos? - pues que hagan lo que quieran - no, porque vinimos juntas y tú con Ricardo - ¿entonces que propone? - Vámonos juntos - ¿todos? - si ¿te da miedo? - no, pero, no creo que ellas quieran - más bien no creo que ustedes puedan, sólo son dos - uuuuuy, no eso si que no - ¿ellas querrán? - seguro, nada más hay que ver a donde - nosotros estamos hospedados aquí a la vuelta - ¿en un hotel? - si - nosotras rentamos una casa, tampoco está tan lejos, si quieres vamos ahí - perfecto ¿entonces? ¿Nos vamos ya? - pues hay que decirles Cuando regresamos a la mesa, Ricardo estaba besando a Carolina y con mano metida en su falda. - jajaja, se rio Renata, ya ves no hay problema. Nos vamos chicos. Pagué la cuenta y salimos. Tomé a Renata de la mano y Carolina ...
... iba abrazada de Ricardo delante de nosotros, Matilde a un lado de ellos y si, realmente Matilde tenía un buen culo. La noche estaba fresca, así que fuimos caminando, la distancia no era mucha. Llegamos a la casa ubicada en la parte alta del pueblo, pequeña, una salita, una cocineta, dos recamaras, un pequeño jardín y unos ventanales que permitían ver buena parte del pueblo. Matilde puso música, llevó una botella, vasos y sodas a la salita, serví tragos para todos y Ricardo sacó a bailar a Carolina, más que baile parecía una sesión de sexo, Ricardo se prendió a las nalgas de Carolina y ésta a su cabeza, Ricardo metió una mano bajo la falda y la levantó, dejando ver las nalgas de Carolina, enfundadas en una tanga negra, realmente se conservaba bien y no ponía reparos. Nosotros estábamos sentados, pasé un brazo por los hombros de Renata y empecé a besarla, los labios, el cuello, puse una mano en su pecho y encima del vestido acaricié su pezón, su seno era pequeño y firme, su pezón pequeño, redondo e inmediatamente se puso duro. A poco dejé esa tarea y sin dejar de besarla, bajé mi mano y la metí debajo de su falda, la coloque entre las rodillas, abrió las piernas invitándome a subirla más y la puse en su concha, masajeándola con los dedos, metí la mano por la braga para sentirla desnuda, palpando un pequeño montón de vellos y su concha jugosa y húmeda, le dije al oído - vamos a tu cuarto - no, todavía no, aquí estamos bien Yo sentía reventar debajo del pantalón, pero bueno, seguí ...