1. Cómo perdí la virginidad (2)


    Fecha: 25/02/2019, Categorías: Gays Dominación Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    Es un señor alto, corpulento, con algo de panza y blanquísimo, sin pelos, salvo el vello púbico y eso me excita… Y sí, tengo mis morbos… -Bienvenido, Jorge… -me saludó el profesor de Geografía tras estamparme un sonoro beso en los labios mientras su brazo derecho me sujetaba por la cintura… La verdad es que yo estaba muy nervioso; iba a entregar por primera vez mi cuerpo de putito y nada menos que a dos hombrotes… -Vamos, Jorge, vamos al dormitorio… -me dijo el señor Romero y ahí me llevaron entre los dos… -Bueno, Jorge, desnúdate… -me ordenó el señor Romero mientras él y el señor Abaroa se sentaban en el borde de la cama para mirar el espectáculo… -S… sí, señor… -contesté atribulado, entre nervioso y caliente… -Te voy indicar que prenda ir sacándote… -Lo que usted diga, señor Romero… -Sentate en el piso y sacate las zapatillas… -Sí, señor… -Ahora parate… -Sí, señor… -Sacate la remera… -y me la saqué mientras me sentía cada vez más caliente… -Mmmmhhhh, ¿qué me decís, Abaroa?... Mirá qué lindo pechito que tiene… Sin un pelo, suave… -Es un verdadero hallazgo este chico… No tenemos que dejar que se nos escape, Romero… -Despreocupate, lo tengo bien agarrado con eso del egreso o el aplazamiento… Si se porta bien, lo hacemos egresar, pero si se hace el difícil… -Je, buena idea, Romero… ¿Y vos que decís, Jorge? ¿te vas a portar bien?... -Sí, señor Abaroa… -Decilo… -Me… me voy a… a portar bien, señor Abaroa… -prometí mientras por dentro me crecían cada vez más las ganas de probar ...
    ... esos dos penes… -Bien, lindo, ahora sacate el shorcito… Me encanta decir “sí, señor” cada vez que me dan una orden, y eso dije antes de quitarme el short y queda totalmente desnudo ante los dos sátiros madurones… -Muy bien, Jorge, ahora date vuelta… -me ordenó el señor Romero… -Sí, señor… -y obedecí… -¡Mirá, Abaroa! ¡mirá el culo que tiene!... -¡Sí! ¡el culo de una nena tiene!... -¡Tal cual! ¡un culo para darle pija!... -Sí, pero yo quiero que antes me la chupe… -¡Claro! ¡A mi también! ¡Y que trague toda la leche!... -Preparate nene, vení acá en cuatro patas… -Sí, señor Romero… Voy… Y me acerqué como un perrito a los dos hombres… ¡Ay, moría de ganas de ser alimentado a pija y leche!... Estuvieron hablando y decidieron que yo empezara por el señor Abaroa… -Primero vas a chupármela, Jorge… -Lo que usted quiera, señor Abaroa… -Abrí la boquita, mocoso… ¡Ay, qué pija grande tiene! Tanto que me costó metérmela en la boca, pero al final lo conseguí y empecé a chupar… ¡Qué delicia!... Y mientras yo la chupaba el señor Romero me acariciaba la cabeza, los hombros, el cuello, los pezones… ¡Me tenían ardiendo esos dos sátiros!... -¡Vamos, Jorge, dale! ¡haceme acabar y trágate toda mi leche!... –le escuché decir al señor Abaroa… Y no tardó mucho en acabar e inundarme la boca con su leche, para después caer de espaldas en la cama… -¡Tragá, Jorge! ¡tragá todo! –me ordenaba el señor Abaroa y yo obedecí y tragué hasta la última gota de ese licor delicioso… Después le tocó el turno al señor ...
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