En manos de tía Julia
Fecha: 25/02/2019,
Categorías:
Gays
Dominación
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... obscenos mientras me toqueteaban todo… -Qué lindos pezoncitos… -dijo Aldo retorciéndomelos hasta hacerme gemir de dolor… Tía Julia se ocupaba de sobarme las nalgas y de meterme varias veces un dedo en el culo después de empaparlo con saliva… Yo no dejaba de rogarles que me dejaran, que no me hicieran nada, pero esas súplicas, lejos de conmoverlos parecían excitarlos más… De pronto tía Julia dijo: -Bueno, Aldo, dale pija de una buena vez… -Claro que sí, ponelo en cuatro patas… Tía Julia me agarró como si yo fuera un paquete y con violencia me puso en la posición que Aldo quería… -No, por favor no, tía, soy un chico… -Un chico muy lindo sos, Jorgito… Y a Aldo le encantan los chicos lindos… ¿Cierto, Aldo?... -Claro que sí… -contestó él mientras terminaba de bajarse los pantalones y el calzoncillo y, para mi horror, dejaba ver su pene ya bien duro y erecto… Me estremecí de miedo pensando en que esa cosa enorme iba a entrarme en un agujerito tan pequeño… ¡Y me entró!... El hombre mojó abundantemente la verga con su propia saliva, se arrodilló entre mis piernas y después de algunas intentonas fallidas me la metió… ¡Ay, qué dolor sentí!... Tanto que grité y grité mientras esa cosa ...
... dura entraba por completo en mi pobre culito… Y me di cuenta de que me la había metido toda porque sentí los huevos contra mis nalgas… Entonces ocurrió algo que yo no esperaba… Ya no me dolía mientras la pija iba y venía por dentro de mi culo… ¡Al contrario!... Sentí, alarmado, que ese ir y venir empezaba a gustarme… Y me gustaban las manos de tía Julia aferrándome por las caderas… ¡Me gustaba la situación de sometimiento en la que me tenían!... Aldo jadeaba y tía Julia lo alentaba: -Bien, Aldo, así… ¡Muy bien!... Yo gemía de placer y tía Julia se dio cuenta de que aquello me gustaba: -Ay, ay, ay, mi nene… Te gusta, ¿eh?... Claro que te gusta porque sos un nene putito… Siempre supe lo que sos, Jorgito... -Ay, tía… -intenté protestar, pero no tuve fuerzas para negarlo… Aldo jadeaba cada vez más fuerte hasta que de pronto se corrió y me llenó el culito de semen… Enseguida se deslizó lentamente y quedó de espaldas en el piso, siempre jadeando… -Dentro de un rato se la vas a chupar y vas a tragar toda la lechita, ¿sabés, Jorgito?... Traté de imaginarme cómo sería eso, pero pensé que mejor sería probarlo y dije, ya totalmente entregado al deseo de ellos: -Sí, tía Julia… (continuará)