mi amor 1
Fecha: 26/02/2019,
Categorías:
Primera Vez
Autor: momo633, Fuente: xHamster
... dificultad pero con maestría. Sueltas un pequeño alarido, me encanta cuando comienzas a aullar… Doy varios embates, mi sexo danza libremente. Luego te penetro más fuerte, furioso, ido, como las cornisas de un toro en el ruedo. Comienzas a llorar y a arañar las sábanas, veo tus uñas blancas contra el blanco de las sábanas. Alcanzo tus pechos para apretarlos y retorcer tus pezones, me gusta provocarte dolor mezclado con placer. Te doy varias embestidas sin piedad, jalo tu cabello. Luego tomo el cinturón y lo pongo alrededor de tu cuello para atraerte hacia mí mientras mi pubis hace un ruido ensordecedor chochando contra tus nalgas. Estoy a punto de correrme pero me salgo, y te pido que por favor te pongas de rodillas; lo haces y suelto un potente chorro de semen sobre tu cara…. Caigo exhausto a tu lado, en la cama. Esto no acabado, me dices tomando mi pene un tanto flácido y metiéndola en tu boca, el movimiento de tu lengua la va poniendo dura de nuevo, bebes las últimas gotas de semen como agua bendita. No dejas de ronronear y poner tu culo rumbo a mi cara mientras sigues lamiendo mi tronco y te metes mis testículos a la boca. Aprovecho para regalarte sonoras nalgadas, me excita ver cómo metes mi glande en tu boca, como si fuera un caramelo. Estás súper mojada y me encanta ponerte así, paso mi lengua por tu vagina y por un instante nos quedamos enganchados en un delicioso sesenta y nueve. Mi miembro está erguido de nuevo y me cabalgas, lanzando tu pequeña cueva como una loba ...
... sedienta de sangre. Tus pechos rebotan por la inercia del choque, somos como dos luces creando un universo con la fricción. Tus pezones erguidos son la visión de toda la poesía del mundo. Sujeto tus nalgas para atraerte, voy taladrando y tú comienzas a gemir de nuevo, pones tus manos sobre mi pecho y haces un movimiento pélvico rápido que me enloquece. Dime quién es tu dueña, me gritas, y te contesto que tú. Me repites la pregunta pero esta vez abofeteando mi cara, te contesto de nuevo que tú. Y además, te digo, eres sólo mía. Soy tuya, dices, y de nuevo lanzas tu sexo hacia mi sexo, aprisionándolo deliciosamente en un vaivén elíptico y eólico. En un movimiento rápido cambio de postura y me pongo encima de ti, coloco tus piernas en mis hombros y comienzo a bombearte duro. Me excita el movimiento de tus pechos como en un oleaje violento, gimes y de nuevo arañas las sábanas, pones erguida tu cadera y entreabres tu boca. En tu cara aún traes residuos de mi semen. Ambos sudamos, sujeto tus piernas dulces y tiernas, entro en ti y me siento el hombre más poderoso del mundo, susurro tu nombre entre labios, como si se tratara de una flor secreta, luego descargo toda mi simiente dentro de ti, sin salirme para nada. Todavía un poco de espeso blanco se asoma de tu sexo caliente y abierto, como herida reciente, como iluminación total mientras siento tus contracciones alrededor mío, corriéndote, mezclando tus fluidos con los míos, de forma tan extravagante mientras muerdes mi brazo con tal ...