Darex y Berta
Fecha: 24/10/2017,
Categorías:
Intercambios
Autor: murgis, Fuente: CuentoRelatos
... follaba más que las moscas jaja. Le comenté: –“Ahora tendrás el coñito todo salado del agua-“ Riendo y lanzándome agua a la cara me contestó: -“¿Te gustaría probarlo, eh? “Por supuesto”- le dije. A lo lejos veíamos el barco y sobre cubierta, en la proa, a la rueda del timón las figuras de Amalia y Derex, a mi mujer se le veía agachada le estaba comiendo la polla a Darex, mira tu mujer dijo Berta no pierde el tiempo. Berta metió la cabeza debajo del agua y empezó a comerme mi polla igual que hacia mi mujer con Darex, y subió la cabeza para tomar aire y me dijo vámonos para el barco y seguimos, Seguimos nadando y jugueteando en el agua hasta que llegamos a las escalera del barco. Llegué primero; subí media escalerilla, balanceándose el barco, y esperé a Berta para ayudarla a subir. Por la escalera que subía de los camarotes apareció Amalia, toda sofocada y detrás Derex con una gran erección que el bañador no podía disimular sino que la acentuaba todavía más. Estaba claro que algo había pasado, pero ninguno de nosotros dos dijimos nada. Bajé al camarote a ducharme y, al momento, bajo Amalia, todavía sofocada y nerviosa y, al preguntarle qué había pasado para que los dos estuviesen en aquel estado, me contó: -“Cuando os habéis ido a nadar, Derex me ha dicho que iba a enseñarme a dirigir el barco. Me ha llevado a la rueda del timón y, explicándome su funcionamiento ha colocado mis manos en los pivotes que la mueven y cómo había que hacer cierta fuerza, para ayudarme, se ha ...
... colocado detrás de mí, ha pasado sus brazos por debajo de los míos y sus manos sobre las mías para poder mover mejor el timón. Sus brazos rozaban mis pechos desnudos y, como estaba completamente junto a mí, poco a poco, iba sintiendo como su polla, pegado a mi culo, iba aumentando de tamaño y endureciéndose cada vez más. Aquello me iba excitando y mi coño se iba humedeciendo de cachonda que me estaba poniendo. Entonces me di la vuelta y le cogí la polla para mamársela. Me separé y para calmarme bajé a la cocina a beber algo fresco. Él bajó también y cuando estaba cogiendo un vaso del armario superior, volvió a enlazarme por detrás, cogió mis tetas y volví a sentir en mi culo su polla tiesa y dura como una piedra. Me acariciaba y me besaba el cuello. Yo iba perdiendo la noción del lugar y solo sentía que el chocho me ardía de deseos. Me dio la vuelta, me besó largamente en la boca y bajó las manos cogiéndome el culo y, pasando sus manos por debajo, me levanto con fuerza y me dejó sentada sobre el mueble de la cocina. Separó mis piernas y, hundió su cabeza en mis piernas y su lengua lamió mi coño de arriba abajo, dándome un gusto inmenso. En aquel momento, cuando ya me estaba entregando a aquellas sensaciones tan intensas el barco se balanceó al subir vosotros por la escalerilla y, aprisa y corriendo, nos compusimos como pudimos y subimos a cubierta, a reunirnos con vosotros, en ese estado en que nos visteis. Si tardáis más nos encontráis follando y no sé si le habías dicho a Berta ...