Adiós virginidad gracias a mamá
Fecha: 26/02/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: Crusnik, Fuente: CuentoRelatos
Carmen es una mujer de 45, bella de tez clara, ojos marrones claros, y cabello lacio muy largo, estatura baja, con algunos kilitos de más pero bien proporcionados, lo que le da un culo redondo, caderas anchas y grandes tetas. Es una madre dedicada, puesto que es soltera. Se vestía muy recatada y en su cuidado personal ni siquiera estaba considerado la depilación de las axilas. Su hijo Iván es muy pegado a su madre al no tener a nadie más, compartían todos los momentos. Pero todo cambió cuando cumplió los 18 años durante las vacaciones de verano. Ella inscribió a ambos en el gimnasio, para ir llevaba un top deportivo y leggins ajustados. Iván se quedó embobado al ver cómo botaban las grandes tetas de su madre en la corredora y por primera vez vio a su madre como una mujer de curvas colosales, de esas gorditas que provocan. Sus hormonas habían salido a flote. Esa noche tuvo su primera polución nocturna soñando con su madre manchando sus calzoncillos. —¡Está más buena de lo que imaginaba! Y su vagina se ve rica –pensó su hijo. A la mañana siguiente su madre procedió a lavar la ropa advirtiendo las manchas blancas. Tenía una abstinencia de 19 años y no pudo evitar oler las prendas de su hijo, sin saber que había sido el fruto de sus fantasías. Desde hacía meses veía a su hijo con otros ojos: Se había estirado y siendo más alto que ella y comenzó a sacar cuerpo. —Tócame, Iván… estoy tan caliente por culpa de mi hijo… él piensa que soy sexy, me desea… es me pone caliente… ...
... —mientras se masturbaba frenéticamente. En una semana irían a la playa. Su madre posó con el bañador de una pieza que tenía y pidió la opinión de su hijo. Estaba embobado con el enterizo muy pegado a su cuerpo, podía ver las pecas alrededor de sus tetas, el pequeño bulto de sus bellos púbicos que algunos salían de la prenda. Le pidió a su madre que se afeite ya que no se veía estético ir con sus piernas peludas. Ella le pidió ayuda con máquina de afeitar. Su hijo empezó a verter la crema para afeitar en sus axilas y brazos Cuidadosamente quitó los pelos en las áreas superiores. Al tocar sus piernas y sentir el roce de la piel suave y de olor agradable de su madre hizo que tuviera una erección. Al ver esto Carmen aceleró su respiración, Iván no pudo resistirse a darle un beso en la boca. Su primer beso, muy caliente y húmedo. Siguió quitando las tiras del traje deslizándolo hasta la altura de su vientre dejando ver sus grandes tetas de pezones rosados, los cuales tocó y besó tiernamente. Para Carmen sus labios aún poseían esa suavidad infantil y recordó cuando lactaba. Dándole mucho morbo y poniéndole los pezones duros. Para Iván la sensación era increíble: sus tetas eran grandes, suaves y firmes a la vez. Como acto reflejo se corrió a un lado la parte de abajo del bañador sobándose el chocho peludo. Para Iván su piel era suave y olía a gloria. —Mamita, mami. ¡Qué ricas tetas tienes, quisiera que mi verguita estuviera entre ese par de melones que tienes! Mmm… —¿Qué es lo que haces, ...