1. Esclavo de mi padre


    Fecha: 02/03/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... levemente. Noté como el short se me levantaba e intenté disimular y convencido estaba de ello. Pero mi padre se dio cuenta, aunque no dijo nada en ese momento. Por la noche, y después de cenar fue cuando todo ocurrió. Tras recoger los desperdicios de la cena, salimos a cubierta. Vestíamos los mismos pantalones y estábamos sentados uno frente al otro, junto al timón. Entonces mi padre preguntó: Yo le dije que cómo no… y así lanzó la pregunta: ¡Joder! Se me vino el mundo abajo, no esperaba esa pregunta y en aquel momento tenia la respuesta clara: Y mi sorpresa vino con su respuesta: Mi cuerpo se estremeció y mi padre retiró el pantalón a un lado y aparecieron colgando los dos huevos enormes. Estaban blandos y sudados por el calor. Y alargué la mano derecha y los empecé a tocar, acariciar y apretar con mis manos. Me gustaba el tacto y a mi padre también porque pronto empezó a empalmar, igual que yo. Yo terminé de excitarme con sus palabras y así lo hice. El cabrón se retorccia de placer y dolor, le propine buenos golpes. Estaban completamente rojos, con las venas inchadas y mas gordos que nunca. Entonces se bajo el pantalón y vi, por primera vez su verga empalmada. Era gruesa, de 17 cm. Me preguntó. Yo lo estaba deseando, así que empecé a mamársela hasta que al poco tiempo se corrió en mi boca. Al principio me dio un poco de asco sentir su leche, pero luego me acostumbre y me la trague toda. Entonces me dijo que iba a hacer lo mismo conmigo y que me iba a provocar espasmos que ...
    ... nunca antes había sentido. Golpeó mis huevos, no tan grandes como los suyos, los aplastaba entre sus manos con fuerza… creía morirme de dolor, pero me gustaba. Evidentemente me comió el nabo y me corrí casi enseguida. Seguidamente nos besamos y tumbamos uno frente al otro, sin decir nada. Nuestros aún mojados genitales estaban juntos, unos pegados con otros. No hablábamos, solo nos contemplábamos. Pasada una media hora de estar así, empece a notar un líquido caliente en mis huevos. Mi padre se estaba meando sobre mi. Notar aquello hizo que volviera a empalmar, no se como pude con el dolor que sentia en mis cojones. El tambien empalmó y susurrándome al oído me dijo: Ni respondió, me dio media vuelta, me apoyo en el borde de la bañera del barco y sin dilatarme ni nada metio su empuñadora hasta el fondo y de un golpe seco. Grite como nunca lo había hecho. Se quedo unos minutos con la polla metida en el culo, notaba como algo de sangre recorría mi pierna. Después, sin avisar, empezó a sacarla y meterla a sako. Muy rápido. Aquella forma salvaje me gustaba. Esta vez aguantó mucho a correrse. Yo ni me di cuenta. Paro y saco su nabo. Entonces sentí como su leche caía al suelo a traves de mi orificio dilatado. Entonces me dio la vuelta y me obligó a pajearme mientras metia sus dedos en mi culo. Me corrí y volvimos a fundirnos en uno de los abrazos más excitantes. Pringados de mi leche, mezclada con el sudor de nuestros cuerpos. Han pasado tres años y desde hace dos me he trasladado a ...