Lo que nos pasó en el omnibus
Fecha: 07/03/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Lo que nos pasó en el ómnibus Soy Maria Isabel, pero todos me llaman Maribel. Tengo 18 años y estoy en la Capital Federal. Desde hace poco me empezaron a gustar los varones, pero no me gusta ningún chico en especial. Lo que me atrae es mirarlos cuando se tocan abajo. Seguro que a ellos les debe gustar igual que a nosotras cuando nos tocamos. Tengo una compañera que es mi amiga y se llama Mary, que también ahora tiene 18. Estudiamos y hacemos los deberes juntas, sea en casa de una o de la otra. Desde que nos conocimos en tercer grado, con ella casi siempre jugamos a todo y también a tocarnos y a excitarnos cuando llegamos a casa de vuelta del cole, y nos gusta mucho. Todas las chicas lo hacen. Quiero contarles lo que me pasó el año pasado, cuando era más chica, mientras viajaba en el ómnibus con mi amiga. No recuerdo si íbamos a estudiar en mi casa o en la de ella, pero es igual porque tomamos el mismo ómnibus porque nuestras casas están cerca. Estábamos sentadas en un asiento de los dobles, yo del lado del pasillo y Mary del lado de la ventana. Los demás asientos también estaban ocupados y había algunas personas que viajaban de pie. Estaban subiendo más pasajeros, cuando un señor que estaba viajando parado más adelante que nosotras cambió de lugar y se puso cerca de nuestro asiento, de modo que se quedó de pie muy cerca de mí. Cuando estoy cerca de una persona sea varón o mujer, no puedo evitar bajar la vista y mirar hacia sus pantalones, pero creo que lo hago por timidez y ...
... no por deseos de ver que descubro. Es casi automático. Ese día descubrí algo que me turbó mucho. Después de levantar mi vista comprobé que el señor que se había acercado estaba mirando por las ventanas al exterior, y era un hombre maduro y no era feo. Cuando bajé la vista vi que el bulto de la entrepierna del pantalón se le notaba mucho, así que desvié la vista enseguida y traté de distraerme hablando cualquier tontería con Mary. Pero me sentí con muchas ganas de verlo otra vez para mirarlo mejor, así que después de dirigir la vista un rato hacia el frente bajé la cabeza mientras me acomodaba el pelo de un costado y del otro. Con la cabeza baja y mientras me arreglaba el cabello del costado derecho desvié la vista hacia el hombre, justo a la altura de su entrepierna y me acuerdo que miré con bastante atención su bulto y enseguida me empecé a excitar. Cuando pasó esto el año pasado yo era chica y como no tengo hermanos no sabía cómo era el sexo de los varones. Pero a principio de este año tenía mucha curiosidad y deseos de saber, hasta que un chico de la escuela que tiene 19 me dio permiso para meter mi mano adentro de su pantalón y pude explorarlo todo, y me gustó que se le pusiera grande y también duro igual que cuando se me pone duro a mi. Es un recuerdo excitante y lo tengo muy presente, así que desde ese día sé cómo es todo lo de los varones. Esa tarde en el ómnibus, después de desviar la vista por segunda vez, hice como que me sacaba las lagañas de un ojo y después del ...