1. Mi mamá goza gracias a mí


    Fecha: 08/03/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... el amor contigo y penetrar tu chocho y volver a estar en la vagina por la que pasé para salir al mundo. Me encantaría que mi cuerpo y el tuyo se fundiesen en uno sólo. Eres tan guapa y se te ve tan sexy. Pero mamá soy aún virgen y por lo tanto inexperto. No te preocupes hijo, el instinto te guiará y además tu madre te enseñará. Se puso encima de mí y tomado mi polla con sus manos la llevó hasta la entrada de su chochín y me dijo Carlos empuja y métemela toda. Yo obedecí con la alegría que se obedecen las ordenes cuando coinciden con tus deseos. La punta del glande iba abriendo paso con la facilidad con la que el cuchillo penetra la mantequilla, pues la vagina de mi madre estaba muy húmeda y caliente. ¡Qué gozo, qué sensación tan placentera! Una vez toda la polla dentro, mi madre empezó a menear la caderas con un ritmo que me confería un gran placer. Sigue así mamá, sigue así le decía yo. Poco a poco yo también fui moviéndome y adaptando mi movimiento al suyo. Succionaba sus pezones, los mismos pezones que me había alimentado durante los primeros catorce meses de mi vida. ¡Qué ricos me sabían! Sus jadeos eran más intensos cada vez, yo también jadeaba y notaba que de seguir con ese ritmo pronto me correría. Mi madre de pronto intensificó los jadeos y dijo me corro Carlos, me corro y entre jadeos y con la voz entrecortada me decía ¡gracias hijo, gracias por este inmenso placer que me das! Y yo preso por la excitación de ver a mi madre gozar tanto gracias a mí, también me corrí ...
    ... experimentado un placer mucho mejor que el de una paja, y le decía mamá quiero follar siempre contigo, siempre contigo, contigo. Nos besábamos y nos acariciábamos por todo el cuerpo. Jugábamos, mi polla seguía erecta. Ya no teníamos frio, ese frio tan intenso gracias al cual se había desencadenado todo. Ahora teníamos calor, mucho calor sin duda por el frenético movimiento al que habíamos sometido a nuestros cuerpos. Mi madre encendió la luz. Qué guapa se le veía con el pelo alborotado. Fijó su mirada en mi polla y dijo que hermosa es ¡Métemela otra vez! Carlos ¡ Métemela ya! Sí mamá, ponte a cuatro patas mirando al espejo, quiero follarte al estilo perrito y los dos podremos vernos follado en el espejo. Se puso como le dije y los dos disfrutamos viendo en el espejo como follábamos como perro y perra, como madre e hijo. Cuántas veces me había imaginado ,cuando me hacía una paja, esa escena que ahora podía ver en el espejo y que era totalmente real, la de mi propia madre siendo poseída sexualmente por mí, como si fuese una perrita en celo. Gracias a su reflejo en el espejo podía ver yo como las hermosas y voluptuosas tetas de mamá se bamboleaban al ritmo de las metidas y sacadas de mi polla en su caliente, jugoso y mojadísimo chocho. Podía ver la cara de placer de ella y como me decía Carlos así, así, no pares baby, fóllame así, fóllate a tu madre, baby. Mientas yo me preguntaba a mí mismo si yo era un depravado por hacer lo que estaba haciendo o si era un hombre afortunado, ...