-
Confesiones del Padre Arturo: "Ángeles" parte 3
Fecha: 09/03/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: PadreArturo4, Fuente: SexoSinTabues
... que debía mostrar frente a esa niña quien siempre me miraba con respeto. Vuelvo a observarla detenidamente. , ahora llevaba un vestidito corto color rosa pálido con adornos de flores zapatitos negros y medias cortas blancas, si saltaba usando ese vestido dejaría expuestas sus preciosas caderitas que ya a sus casi 9 años se hacían más turgentes y deseables. Su hermoso cabello color castaño sobre sus hombros y adornado con un listón rosa terminaban de darle aquella imagen de niña tierna y educada que me atraía. Su rosario en el cuello completaba la imagen de niña “Santa” que tanto le gustaba mostrar. Tan hermosa como siempre no le había quitado la vista de encima durante la misa cada vez que podía sin levantar sospechas de los demás. Sentía como poco a poco esa niña despertaba en mí esa excitación común que nos da a los hombres al despertar. - Hoy estas muy hermosa, Anita. - le digo acercándome a ella y acariciando su sedoso cabello castaño. Anita sonríe contenta de recibir mis elogios. - Veo que le has pedido a tu mami que te ponga muy linda para “agradar a Dios”. ¿No es así?- le digo cariñosamente. -Sí, Padre. - contesta Anita orgullosa. - Sé que a usted y a Diosito le gustan las niñas bonitas. - ¡Anita! Ven aquí. - le digo sin poder contenerme ante su inocencia. Anita obedece y también sin contenerse más me abraza efusivamente mientras correspondo a su gesto acariciando su espaldita. - Hueles muy bien, Anita. Se nota que estas lista para cumplir tus “deberes religiosos”. ...
... -Sí, Padre. - asiente Anita levantando la vista hacia mi. - Usted sabe que siempre estoy dispuesta a "agradar" a nuestro Señor. -Pues bien, el día de hoy tengo algo muy especial para nuestras alabanzas. - le digo con voz alegre. Me aparto un momento pero tomando sus manitas. -¿Si? ¿Qué es? Padre. Dígame. - implora Anita con saltitos inocentes aun agarrada de mis manos. Me aparto un momento hasta llegar a donde se encontraba mi bolsa grande que había traído conmigo de donde saqué aquel babydoll blanco que había llevado al campamento para Anita. -Eso es…- empieza Anita moviendo sus manitas emocionada. -Así es… es tu vestido de niña Santa. - respondo con efusividad. - Lo he traído para que lo uses hoy. -Gracias, Padre. - corresponde Anita volviendo a abrazarme efusivamente mientras con un brazo sostenía el colgador que traía el babydoll, con la otra mano comenzaba a acariciar su espaldita en gesto cariñoso. -No hay porque Anita, sé que deseabas volver a utilizarlo y es por eso que lo he traído por hoy. - respondo al mismo tiempo que comienzo a bajar poco a poco mis caricias de su espaldita. - Usted siempre es tan considerado conmigo, Padre. - responde Anita inocentemente. - Es porque sé que no eres una niña común y corriente, Anita. Tu eres una niña Santa. - digo con gesto de importancia. Anita no dejaba de sonreír contenta por tantos elogios que la llenaban de orgullo en su mente infantil. - ¿Y a propósito de eso, porque no te cambias? Ya va siendo hora de que comencemos con ...