1. El instalador de teléfonos


    Fecha: 13/03/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    EL INSTALADOR DE TELÉFONOS Era un día de otoño y tenía unos días de fiesta que me debían de las vacaciones. No era precisamente un día de aquellos que apetece salir y por eso me levanté tarde. Realmente estaba bastante aburrido porque con la lluvia que caía no podía aprovechar para nada aquel día. Así me pasó aquella mañana hasta la una aproximadamente cuando oí que llamaban al timbre de los vecinos insistentemente. Por curiosidad miré por la mirilla de la puerta y vi un chico con una caja de herramientas. Abrí y le dije que no había nadie, ya que el matrimonio que allí vivía no acostumbraba a llegar hasta las tres más o menos. El pobre chico iba empapado y me explicó que había puesto el cable del teléfono hasta la ventana y tenía que hacer la instalación interior. Estaba de una mala leche impresionante.- ¿Y ahora qué hago? Estoy empapado hasta los huesos y volver otro día es un engorro.Me dijo si conocía algún bar cercano para comer algo y volvería por la tarde. La verdad es que me dio mucha pena el pobre y sin ningún otra idea le dije que si quería podía entrar, darse una buena ducha caliente, le pondría la ropa en la secadora y alguna cosa comeríamos. Al pobre le cambió la cara al momento.- No sabes lo bueno que es encontrar de vez en cuando personas como usted. No quisiera molestarle, pero ante un ofrecimiento como éste no puedo negarme.He empezado con la situación pero no me he presentado. Me llamo Pedro, vivo solo, tengo 25 años, 1,75 de altura y 72 kg. No soy gran ...
    ... cosa, pero considero que físicamente no estoy mal. Aquel día negro y aburrido iba a cambiar inesperadamente con aquella buena acción, pero repito, no era mi idea encontrarme nada. Continuo.- Entra y espera aquí en el recibidor. Te vas quitando esta ropa tan mojada y mientras voy a buscarte un albornoz.Al regresar estaba sólo con slips y tiritando de frío. Me quedé unos segundos mirándolo. Realmente estaba buenísimo y en ese momento mi idea ya no fue tan sólo de ayuda, pero reaccioné y le di el albornoz.- Cuando te metas en la ducha, te recogeré los slips y lo pondré todo en la secadora. Mientras buscaré qué podemos comer.Llamé a la puerta del baño y entré. Mi mente no cesaba de imaginar qué podía hacer con aquel tío que tenía en casa. Pero continué como si no pasara nada. No sabía cómo podía reaccionar. Al salir del baño se sentó en el sofá mientras yo preparaba unos tacos que queso, jamón y algo de beber. En uno de los viajes con una bandeja vi que estaba como dormido y el albornoz dejaba ver unas piernas y un pecho sin vello, que con el pelo largo y castaño estaba... para comérselo. Me paré un momento para observarlo ya que tenía los ojos cerrados, y después de unos momentos donde la imaginación volaba, me fui de nuevo a la cocina a buscar el pan y los platos. Al regresar, el albornoz estaba completamente abierto mostrando todo su magnífico cuerpo. Una polla flácida pero de buena medida, no mucho pelo alrededor, un pecho marcado, de hacer deporte. No podía dejar de mirar y de ...
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