1. Confidencias 28 Mis dos hombres


    Fecha: 14/03/2019, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues

    ... cubierto bien con el protector solar. Soy muy sensible y tengo que usar protectores potentes hasta que me voy acostumbrando. -Ven conmigo cariño, voy a tener que ocuparme de ti ahora que vendrás a vivir aquí. Tiraba de mi mano llevándome hacía un pasillo. Estaba viendo que no tuve razón cuando la califiqué de engreída y altiva el corto tiempo que la vi en la fiesta. Llegamos donde debían ser sus habitaciones y de un tocador cogió una crema, tomó un poco de ella y la extendió por mi nariz y los pómulos. Sus dedos resultaban muy finos y largos con uñas pintadas de rojo cereza, me aplicaba la crema y se alejaba para ver el efecto. -Me advirtió David del peligro de estar expuesto tantas horas a la brisa marina. Volvió a cogerme de la barbilla y me giraba la cara de izquierda a derecha. -Tendrás que cuidarte tu mismo, los hombres no entienden sobre pieles. Cada vez me asombraba más, hablaba de su hijo como hombre, ¿y yo que era para ella? Se dio por satisfecha y se volvió para colocar el tarro donde lo había cogido, en ese momento me tomaron por la cintura tirando de mí, supe que era David que nos había encontrado. -¿No es precioso mamá? Madre e hijo se miraban a través de la imagen del espejo, se dio la vuelta. -Lo es, sí, y delicado también, ahora me tendrá a mí para cuidarle. No parecía que a David le gustara lo que su madre decía. -¿Para qué te quería papá? Entonces si pareció molesto y apretó en exceso las manos en mi cintura, aún no me había soltado. -Quiere que vaya a un ...
    ... congreso en su lugar, me va a ocupar la semana completa. -No me parece tan mal, ya lo habéis hecho otras veces. -Si mamá pero ahora es diferente, quería que Oriol viniera a casa esta semana. -Y puede hacerlo…, ¿por qué no? -No voy a dejarle solo al principio, extrañará la casa y nuestras costumbres. -Puede quedarse en esta casa, con nosotros, hasta que vuelvas. -Vale ya mamá, no quiero que vuelvas a sugerirlo, nuestra casa será el pabellón, aquí vendremos a hacer las comidas, quiero vivir con vosotros pero no me encarceles. Era una discusión sin malos modos, un intercambio de opiniones entre madre e hijo y se despidieron, David quería enseñarme el pabellón que era su casa y sería también la mía, ahora de día y todo él, ya que casi no lo conocía. Bajamos las escaleras hacia el jardín, me sujetó de la cintura para subirme a la albardilla lateral de piedra, y entre risas me dijo que me montara en su espalda. Otra cosa de juego de niños que me encanto ejecutar, y salté sujetándome al cuello, él pasó sus brazos por mis piernas y emprendió el camino por el jardín llevándome a caballo sobre él. David tenía salidas de esas que iban con mi edad y me divertían, eran momentos de comunión entre nosotros muy bonitos. Llegamos al pabellón que ya conocemos de la fiesta y donde me violó aquella noche. Bajé de su espalda y no podía contener la risa ante tanta payasada que me hacía. Algunos aspectos de la casa ya los expliqué por lo que pude ver aquella noche. El salón que ocupaba un ala entera ...
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