1. Una mano en el culo equivocado


    Fecha: 14/03/2019, Categorías: Sexo con Maduras Tabú Voyerismo Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Estábamos pasando unos días de playa con Ana, ya que ella había aceptado compartir los gastos con otra pareja de amigos, Diana y Gustavo.Al tercer día, estando en la playa, entré a la carpa que habíamos alquilado para guarecerme un poco de tanto sol. Encontré a Anita inclinada sobre un bolso, buscando algo en su interior. Su malla enteriza roja se hundía entre los pliegues de su perfecto culo redondo y firme…Quise jugar con ella y con mi calentura de ese momento. Entonces deslicé mi mano acariciando sus hermosos cachetes y hasta hice que uno de mis dedos se colara en la humedad de su deliciosa concha.Ella dejó escapar un ligero chillido de sorpresa y se incorporó de un salto. Al girar su cabeza, comprobé que ese culo redondo y firme, enfundado en esa malla roja, era en realidad el de Diana…Comenzó a gritar como una loca, tratándome de degenerado. Sus alaridos atrajeron la atención de nuestros cónyuges, que se apresuraron a entrar en la carpa. Ana puso cara de sorpresa, pero yo sabía que se estaba divirtiendo con esa situación tan grotesca y absurda.Gustavo en cambio se alteró demasiado; me gritó de todo y acusó a su mujercita de querer hacerlo un cornudo. De nada sirvieron mis excusas y ninguno de ellos, incluyendo a Diana, creyeron que se trataba de un error…Nuestro amigo finalmente se calmó, pero al rato me amenazó diciendo:“Te hiciste el piola con mi mujer… yo me voy a coger a la tuya…”Después de tan lamentable incidente, la tarde continuó en medio de un ambiente tenso. ...
    ... Compartimos unos mates, nos dimos un chapuzón en el mar; pero ya todo fue sin siquiera una sonrisa o un gesto de buena onda.Antes de la caída del sol; Ana anunció que regresaba al nuestro departamento, diciéndome que yo fuera cuando quisiera. Unos minutos después también desapareció Gustavo, sin decir una palabra.Diana juntó sus cosas en silencio, me miró de reojo con bronca, se calzó su sombrero de paja en la cabeza y, sin despedirse, se alejó moviendo seductoramente sus redondas caderas y su firme culo… siempre enfundado en esa maldita malla enteriza roja, causante de todo el asunto…Un rato después el cielo se nubló y decidí entonces que era hora de dejar la playa y tratar de hacer las paces con mi dulce mujercita; aunque sabía que ella no estaba tan enojada como nuestros amigos.Llegué al departamento y me sorprendió no encontrar a Anita esperándomeUna hora después apareció mi seductora esposa, todavía vestida de playa.Me saludó sonriendo y supe que ya no estaba enojada.Peor aún, tenía una expresión relajada como si hubiera terminado de coger.Le pregunté un poco intrigado de dónde venía y ella me contestó que no me hiciera el boludo… porque sabía muy bien de dónde venía…Le dije que yo no entendía nada y que quería una explicación…Anita entonces se despachó con su relato:“No te voy a mentir sobre lo que acabo de hacer…Yo entiendo que Diana tenga un buen culo, pero querer cogértela en la carpa, casi a la vista de tu amigo y de tu propia esposa, eso estuvo bastante flojo.Gustavo ...
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