I am - Relatos Eróticos

I am

Parece no recordar nada. Pero las imágenes que aún destilan los ojos en su mente; las siente ciertamente cercanas y se excita de nuevo. La jaula le recuerda; que a su polla no le está permitido mostrar todo el esplendor de su virilidad, y esa punzante y prohibida plenitud lo templa aún más; excitándolo al recordarse así mismo, en ese proceso de encendido lento y minucioso; hasta ser reconstruido de rodillas. Donde cada gesto, cada orden, cada acción producen en él; un obediente adoctrinamiento por el que transita voluntariamente; y alcanza ser. Un exquisito y exclusivo objeto o juguete del placer; de ese interesante joven del diminuto y ajustado speedo azul… Y este deseado objetivo se hace embrión, al tener generosamente limitados sus puntos de placer. Resolviendo que; la energía que antes el sujeto repartía en entre sus tres zonas más sexuales, ahora solo debía hacerlo con dos, o solo con una. Convirtiendo esa piel, cavidad o musculo; en los resortes más calientes de su cuerpo. Que bien estimulados, se tornan unos engranajes poderosísimos que consiguen hacer del sujeto, una autentica e insaciable máquina de placer… Porque si la jaula lo mantiene indefinidamente excitado y sumisamente caliente. Los vapores multiplican el deseo en su cuerpo; y esas dos zonas evolucionan hasta adquirir una dimensión infinita, dispuestas a experimentar dulces y prologados tormentos. Que lubrican; los dos infinitos resortes del cada vez más, obediente muñeco… Tormentos como el de la yema de ...

... unos dedos, acariciando la carne de esos labios que construyen la entrada de su ano. El tacto del suave masaje produce leves temblores en la piel del juguete; sus labios traseros andan hinchados y su agujero se dilata y se contrae, ardiendo en febril deseo. Mientras; los vapores van encendiendo y humedeciendo los rincones de ese cuerpo arrodillado entre los turgentes muslos de ese joven amo… Otra nueva orden insufla vapor en los pulmones del sujeto. Pasados unos segundos su psicodélica nebulosa mental estalla; y el fuego, dueño de su cuerpo lo hace temblar. Entonces las manos del joven le agarran fíeme la cabeza a escasos milímetros de su diminuto y ajustado, speedo azul… Los ojos del sujeto quieren interpretar; las sinuosas redondeces que no dejan de crecer dentro del minúsculo bañador. Acentuadas por el poderoso y rabioso latido; de esta joven polla encerrada en su fina cárcel lycrada, que atormenta al sumiso. Haciendo que cada palpito contenido y expresado en la elástica y azulada tela, repique con la misma intensidad y fuerza, sobre su deseo… El bombeo de la sangre da tamaño y dureza a ese trozo de cuerpo, que rabioso late, golpeando la pelota de goma que amordaza la hambrienta boca del sujeto. El joven; ha detectado ya el botón que debe accionar en ese cuerpo postrado ante él, y está dibujando prolongadas caricias en ese punto de placer e indefensión, que el juguete le ofrece... Las caricias se tornan táctiles palmadas, que golpeaban ese agujero cada vez más dilatado de ...