La bicicleta
Fecha: 26/10/2017,
Categorías:
Hetero
Autor: afranlecuesta1, Fuente: CuentoRelatos
Cuando un paseo en bicicleta deriva en algo más de lo imaginado Me gusta salir con la bici, pero no soy de estos fanáticos que llevan bicicletas último modelo y los GPS y demás medidores. Lo que si me gusta llevar es el equipo de primeros auxilios y es que soy muy torpe, lo reconozco, yo llevo mi maillot y mi culote y un chubasquero cuando amenaza lluvia o frio, pero el botiquín con su agua oxigenada, Betadine, guantes, jabón sin agua, barritas energéticas y agua isotónica y agua normal no me puede faltar, siempre que he pinchado o se me ha salido la cadena he terminado cortándome en las manos o dándome un pellizco en un dedo o cualquier otro tipo de accidente por eso mis rutas no son muy complicadas y por suerte aquí en la ciudad hay una zona de monte con su carril asfaltado y sus cuestas y en verano con el calor se está bastante bien porque es una zona boscosa. Es raro que pase algún coche, aunque se puede colar alguna moto sobre todo de noche cuando salen los niñatos y dejan todo el monte lleno de basuras con la celebración de los botellones y lo que no son botellones, es decir, encuentros entre parejas. Muchas veces coincido con una chica que vive cerca de casa, aunque no quedamos expresamente en salir si coincidimos porque solemos hacer la misma ruta. La chica es mona se llama Elena tiene unas buenas tetas, aunque algo caídas y un culo y unas piernas perfectas, bien torneadas por el ejercicio físico. Ella es un poco competitiva y le gusta ser quien dirija la ruta y ...
... marque el ritmo, yo encantado para apreciar su culo, pero cuando no te concentras en pedalear y el amigo de abajo se emociona e intenta levantarse, como no te coloques bien el paquete lo pasas mal, en esos momentos la trato de adelantar hasta que se calma y me dejo adelantar otra vez para observar el paisaje delantero. Yo creo que sabe que le miro el culo, pero no parece importarle. Íbamos realizando la ruta por el monte y yo iba delante, soplaba el viento entre los árboles y no escuché a los dos motoristas que pasaron por nuestro lado llevándonos un susto de muerte. Elena se llevó la peor parte porque se cayó al suelo y la bici cayó por un terraplén de difícil acceso, me paré y fui a auxiliarla comprobando que se había sollado la nalga hasta el punto que su pantalón de ciclista se rompió y se le veía el cachete magullado. Su intención era bajar a por la bici, pero era imposible. Observamos que poco más abajo de donde había caído la bicicleta se encontraba un pequeño carril, continuamos el camino mirando como podíamos acceder al carril y unos cien metros más adelante lo encontramos medio escondido, primero bajé yo con mi bici y luego ayudé a Elena a bajar que iba medio cojeando. Salimos a un pequeño claro donde había una gran roca plana, parecía como un antiguo altar pagano y allí se apoyó Elena para descansar. El lugar era apartado y bastante escondido de la vista de la gente entonces me acerqué a Elena para ver cómo estaba su pierna. Como llevaba mi botiquín lo desplegué delante ...