Entregando a Lorena 50
Fecha: 20/03/2019,
Categorías:
Anal
Voyerismo
Sexo en Grupo
Autor: aristurman, Fuente: xHamster
... amarrarla, porque cuando a Lorena se le pasó el efecto del vino somnífero, comenzó a patalear y debatirse, ofreciendo alguna resistencia.A medida que se cansaban de cogerse a mi mujercita, los tipos se iban yendo. Finalmente solo quedó José, quien se ofreció a acompañarme para ayudar a llevar a mi esposa hasta mi casa.El vestido de lamé dorado había desaparecido; alguno de esos pajeros seguramente se lo había llevado como recuerdo. Así que no tuve más opción que cargar a Lorena totalmente desnuda por la calle hasta nuestro edificio.Entramos a nuestro departamento y José me propuso ayudarme para bañar a mi esposa, que había caído rendida y ya desde el último polvo que le habían echado, no se había despertado. Me pareció muy amable de su parte y se lo agradecí.Acosté a mi esposa dentro de la bañera y fui lavando su esbelto cuerpo, tratando de quitar todas las manchas de semen que le habían dejado. Tenía varios moretones; en especial en sus firmes nalgas, que habían recibido un buen castigo durante toda la noche…Después José me ayudó a llevarla hasta nuestra habitación. La tumbamos sobre la cama y el hijo de puta comenzó a desnudarse en silencio. Se subió a la ...
... cama matrimonial y le separó las piernas a mi mujer; luego, sin ningún miramiento se la metió de un solo golpe, comenzando a cogerla con furia, de manera rabiosa…Colocó los tobillos de Lorena sobre sus hombros y de repente la penetró por el culo, hasta el fondo, haciendo que ella despertara y comenzara a gemir y jadear.El muy hijo de puta me miraba sonriendo con cinismo mientras la sodomizaba, demostrándome lo que era suyo, apoderándose de lo que desde ese momento iba a ser de su propiedad; mi esposa y mi cama…Estuvo así un buen rato, alternando entre la concha y el culo de Lorena; dejándole ambos orificios más dilatados que nunca. De repente aulló y acabó en la vagina de mi esposa, que otra vez se había desmayado.Se incorporó y vistió sin decir una sola palabra. Luego se fue sin dignarse a agradecerme que le hubiera entregado mi esposa a él y sus amigos…Me acerqué a mi mujercita, que seguía boca arriba con sus ojos cerrados, mientras un hilo se semen abandonaba sus labios vaginales y caía sobre las sábanas de la cama, nuestra cama…La acaricié y ella abrió los ojos, esbozando una débil sonrisa y preguntándome con suavidad cuándo iríamos otra vez a cenar afuera…