1. El profesor


    Fecha: 20/03/2019, Categorías: BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Hola, os voy a contar una morbosisima experiencia, espero que os guste, besos. El profesor de informática que me daba clases en aquel año, era un poco mayor, bueno, yo ya tenía 27 años, era la mayor de la clase, y asistía a esta cuando terminaba mi jornada laboral, aún no tenía pc, y estaba deseando comprarlo, pero debía manejarlo bien, por eso me apunte al curso nocturno de informática, aquel profesor que llegue a conocer pero que muy bien, tendría unos 48 ó 50 años. Antes y par a poneros en antecedentes, os diré que con mi novio, manteníamos una relación de Amo y sumisa, que a los dos nos encantaba, habíamos llegado a ello casi jugando, pero ahora la vivíamos muy en serio, habíamos redactado incluso un contrato que era muy duro, pero a mi me encantaba, yo era quien más ponía pero cuando me fui adentrando en el mundo del bdsm, descubrí con gran asombro que me excitaba sobremanera, ataduras, exhibicionismo, sexo oral, anal, azotes, disfraces, todo lo probábamos y nos gustaba, en especial, la obediencia, la sumisión en su más abierta versión, a mi novio le gustaba ponerme a prueba, y cada vez pedía más, y el castigo preferido eran los azotes si no obedecía incluso Si lo hacia bien, ya que en el contrato de sumisión se recogía que él en cuanto a Amo podía azotarme donde quisiera y como le apeteciera, sin aviso, pero no solo le gustaba eso. Una tarde me pidió que escribiera un relato con una de las últimas experiencias probadas, donde me vistió de colegiala y me dio una tunda ...
    ... muy buena, con una regla, ¿en papel? , Pregunte, no en un disquete, como no tenía pc, lo hice en el que usaba durante el curso, tan novata era que no sabía que el relato que guarde en el disquete, quedaba en los archivos temporales de PC, ya me enteraría más tarde. Mi Amo, quería hace tiempo que me azotara alguien que no fuese él, pero delante de él, yo me negaba y eso me costaba tener bien rojo el culo, me propuso que lo hiciese algún amigo, alguna amiga, el chico que reparte pizzas, yo no aceptaba, en fin así seguía la cosa. El profesor era soltero, con aire muy de inglés, de hecho vivió algunos años en el Reino Unido, recuerdo que no éramos muchos en aquella clase, y que algunas veces yo era la última en salir porque le preguntaba de todo lo que no entendía, por lo que me daban las once y pico en vez de las Díez y media, hora en que debía terminar la clase, con los días cogimos confianza y a veces charlábamos de más temas además de informática, de lo que era dar clase en institutos y como se portaban los alumnos, de cómo cambiaban las cosas de antes a la época actual, en fin charlábamos de muchas cosas y un día recuerdo que volviendo a ese tema, yo le confesé que en el colegio me habían dado más de Una torta o incluso unos azotes y no me había traumatizado nada, que incluso me había hecho respetar más a mis profesores de entonces, él me confeso que ahora eso era impensable, y yo insistí, quizá por que mi inconsciente me decía cuanto me gustaba recibir azotainas ahora, que ...
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