1. San Valentín


    Fecha: 21/03/2019, Categorías: Gays Confesiones Autor: isra_pleasure, Fuente: CuentoRelatos

    Querido corazón: Por más que trato de recordar su nombre, no puedo mi estimado, trato y trato pero no puedo y tampoco recuerdo cómo lo conocí, así que le pondremos Javier, ¿sí?, ok. Pero sí recuerdo su aliento, su aroma de hombre, sus brazos y claro, también su edad: 48 años. Quiero comenzar recordando sus ojos, que eran de un tono café cristalino, con una sonrisa amplia en su rostro, cabello tupido por canas y descubierto de la frente por el escaso cabello, pestañas largas y risadas, pómulos bien definidos, dientes perfectos y una lengua deliciosa. Incluso sólo su recuerdo me hace suspirar y masturbar, al recordar el enorme placer que me brindó y cuando digo enorme, me refiero a los centímetros de su entrepierna. Él era un señor casado, muy reservado, tenía un hijo y me contaba que sus pasatiempos eran trabajar, trabajar y trabajar y que era la primera vez que salía con alguien de mi edad. Te contaré: fue un día soleado, eran eso de las 14:30 horas y me llamó por celular para que concretara una cita, ya que debido a su trabajo su agenda era muy apretada y necesitaba hacerse de un tiempo para poder verme, aparte de que por las tardes jugaba golf con su hijo. En fin, la cita fue en uno de los tantos hoteles que están sobre Avenida Tláhuac. Yo llegué y él esperaba ya en la habitación, me apresuré a la recepción y contemplé el rostro de la señora que me miraba como a una "putita" y no sé si por mi forma de vestir, mi apariencia o porque me veía muy pequeño, pero eso no me ...
    ... importó, llamó a la habitación y me dijo que podía pasar. Al entrar lo encontré muy nervioso, con la descripción que antes mencioné, pero pude notar cierto bulto en sus pantalones, ya despierto. De verdad era enorme o tal vez muy grueso. Se bajó los pantalones en cuanto me vio, se recostó en la cama y sacó su miembro de un tamaño prominente, muy grueso y lo comenzó a frotar arriba y abajo, con una mirada excitante, seduciéndome, incitándome para que lo chupara. Yo, únicamente me quedé en ropa interior y me monté sobre él, succioné sus pezones, lamí su pecho, su vientre, su cuello y finalmente ese enorme pedazo de carne que me esperaba para ser devorado y comenzaba a ponerse baboso ya que él comenzaba a lubricar debido a su fuego interno. ¡Qué rico lo tenía! Cabeza rosada, venas alteradas, erección firme, buen tamaño, grosor delicioso, testículos grandes y unas piernas bien torneadas. ーNo me gustan los besos ーreprochó él. ーOk ーcontesté. Y en ese momento comencé por encarcelar su erección entre mi pequeña boquita, lamiendo todo, succionando, saboreando cada centímetro de lo largo y su grosor que llenaba mis labios. Lamí sus testículos, jugué con ellos, los metí ambos en mi boca y su cara se contrajo de placer y con mi pequeño dedo comenzaba a sobar su glande que despedía un poco de semen, dirigiéndolo hacia mi boca para poder probarlo. ーVen para acá y bésame ーdijo. 一Pero... yo creí 一. Me interrumpió y me besó, con pasión, metiendo sus dedos en mi ano, mientras que con su otra mano ...
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