1. Mis dos familias - 03 de 10


    Fecha: 22/03/2019, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... pero lograba atragantarse y no dejaba de mamar hasta que sentía que explotaba de placer y eyaculaba en su boca. Sacó la verga y continuó masturbándomela usando como lubricante mi leche que escupió sobre ella. La tenía súper sensible y me causaba dolor. -Vale, vale Don, para por favor, me duele. -parecía que me había escuchado y liberó mi verga de su mano pero me subió a la cama y me puso arrodillado, se situó detrás de mi, volvió a separarme los glúteos volviendo a abrirme el culo y me penetró salvajemente, la verdad no me hizo daño por lo estirado y flojo que lo tenía. Su grande y gorda polla entraba rasgando deliciosamente mi recto y empezó a martillearme el ano con fuertes embestidas, golpeando con fuerza sus colgantes y gordos testículos en los míos bastante más gordos, ahora si sentía un desgarrador dolor al querer entrar más de lo que yo permitía. Entraba en lo más profundo y luego salía dejando solo la cabeza del glande en mi culo con penetraciones muy rápidas, yo me sujetaba con fuerza a la sábana mordiéndola para amortiguar el dolor y contener los gritos que querían escapar de mi garganta. Este hombre terriblemente varonil y masculino, el ser que más quería me estaba violando, literalmente hablando no sabía lo que hacía y parecía que nunca se iba a detener. Pero el cansancio logró que los vaivenes se ralentizaran y el placer sustituyo al dolor, poco a poco comencé a vislumbrar el cielo. ahora era la puta de mi hombre, al que quería y deseaba, no a esos de ...
    ... encuentros rápidos que solo conseguían aplacarme. Me llenaba por completo el recto y me sentía más entregado que una puta a su cliente. Se recostó sobre mi espalda descansando, y entonces se volvió dulzura derretida besándome la espalda y pasando la lengua por ella, mordiéndome la nuca y le sentí sollozando en mi oreja. -Lo siento pequeño, ¿qué te hago? ¡Oh Dios! -giré la cabeza aplastada sobre la cama. -Sigue Don, no te detengas ahora, estoy bien mi vida, fóllame, no te pares. -pero no me atendió y su verga fue saliendo. No, no estaba dispuesto a que se sintiera culpable y tampoco a que no terminara de follarme. Lo empujé para que quedara tumbado mirando al techo y busque su verga para mamarla, con ansia loca y deseo irreprimible para que no se le bajara, me senté sobre ella y entro hasta mi barriga. Empecé a montarme en mi macho y a mover el culo en todas las direcciones para conseguir que se corriera. -Por favor, no me dejes así Don. -era una puta cualquiera, viciosa y guarra hasta donde hiciera falta, yo sería el malo aunque me rompiera el corazón. Se apiadó de mi y agarro mi verga con la mano y comenzó a moverla mientras yo me follaba el culo en su dura polla. El placer era excesivo y por fin comencé a eyacular en su mano mientras aceleraba mis movimientos para él también tuviera su orgasmo. Le sentía vaciarse en mi llenando mi culo con ese semen templado y espeso, como si fuera una limpieza del que los otros me dejaron. Le miré la cara y rehuía mi mirada avergonzado de haberse ...
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