1. El caliente embarazo de Rosa


    Fecha: 26/10/2017, Categorías: Lesbianas Incesto Autor: xavimysk, Fuente: CuentoRelatos

    ... empujo la zanahoria que todavía aguantaba con sus dedos en su culo, de forma que esta termino por perderse por completo en el interior de su recto. -Eh claro, perdona pensaba que era el pesado del cartero. -Pues venga mujer, que me tienes aquí plantada como un pasmarote. -Ya voy, ya voy. Rosa finalizó la llamada y nerviosa se levantó de la cama pensando en que hacer. No tenía excusa para hacer esperar más tiempo a su hermana, así que, suponiendo que en la habitación sus secretos estaban seguros, salió de esta y cerró la puerta sin más. Abrió la puerta de la portería a Marga y mientras esperaba a que esta llegase a casa abotonó su camisón y lo recompuso lo mejor que pudo. Fue solo entonces cuando cayó en la cuenta de que aquella zanahoria había quedado alojada en su culo, pero se hallaba ya sin tiempo de reacción. -¿Se puede? Pregunto Marga abriendo la puerta y entrando a casa. -Claro, claro mujer. Estás en tu casa, ya lo sabes. Rosa se había quedado petrificada en medio del recibidor, ahora no podía dejar de sentir a su amiguita jugueteando en su recto y trataba de disimular lo mejor que podía. Marga se acercó y dio dos besos a su hermana mayor y a continuación acarició su prominente barriga. -¿Cómo están mi primer sobrinito y mi hermana preferida? - Que tonterías tienes, si soy tu única hermana. Tu sobrino cada día más revoltoso, creo que va a ser un culo inquieto al igual que su tía.- Contestó llevándose las manos a la barriga y poniéndolas sobre la mano de su hermana. -Ja ...
    ... ja, ya verás, seguro que nos llevamos divinamente. -¡Seguro! ¿No tienes clase hoy?- Preguntó Rosa extrañada por la presencia de su hermana. -Se terminó el cuadrimestre, esta semanita la tengo libre- Contesto Marga con una gran sonrisa. –¿Me invitas a desayunar? ¡Estoy hambrienta! -Marga se dirigió a la cocina y como si realmente estuviese en su casa se dispuso a prepararse el desayuno con total naturalidad. Las dos hermanas se llevaban doce años y mientras que Rosa era una madura mujer de treinta y dos añazos Marga apenas tenía veinte tiernos añitos. No solo en la edad se diferenciaban, la mayor rubia y la pequeña morena, Rosa la tranquila y Marga el torbellino, la mayor clásica en el vestir y la pequeña más desenfadada, pelo largo, pelo corto. En definitiva un sinfín de contrates. Físicamente era evidente que eran hermanas, pero mientras que el cuerpo de Rosa mostraba la voluptuosidad propia de la treintena el de Marga era mucho más grácil y estilizado, casi todavía el de una adolescente. -¿Me sacas la leche de la nevera hermanita?- Preguntó la pequeña mientras cogía un vaso. -No queda, coge otro cartón bajo el fregadero. En realidad aquello no era cierto, pero Rosa comenzaba a sentir como su amiga zanahoria quería volver a salir al exterior y prefería evitar cualquier tipo de movimiento que pudiera facilitarle las cosas. -Ok sin problema- Contestó Marga agachándose a por la leche. -¿Cómo te han ido los exámenes entonces? -Buenoooo, hubo uno que se me resistió un poco, pero ...
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