Noches de negro satén
Fecha: 23/03/2019,
Categorías:
Transexuales
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
NOCHES DE NEGRO SATÉN Susana se irguió sobre el cuerpo de Iliana, permitiendo que el pene de ésta, aún latente y erguido, emergiera de las entrañas de su vagina, exhalando un suspiro para tratar de recuperar el resuello, y se tumbó a su lado en el colchón. Volvió a mirarle a los ojos para devolverle la sonrisa, admirando una vez más los perfectos rasgos de su moreno rostro, y un cuerpo que parecía cincelado en bronce, de formas a un tiempo atléticas y voluptuosas. Susana poseía un cuerpo igualmente hermoso, pero de estilo distinto, más estilizado, elegante, ensalzado por una palidez natural que adquiría un suave tono dorado bajo el sol, en perfecto y complementario contraste frente a la cobriza escultura que componía Iliana. Recordó el aparentemente casual encuentro en el bar, preparado después de semanas de investigación y vigilancia a partir de la pistas facilitadas por Monseñor; evocó las insinuantes miradas que le lanzó desde la barra, pasiva y paciente, permitiéndole hacerle creer a Iliana que era ella quien llevaba la iniciativa; rememoró el mutuo jugueteo amoroso desplegado entre las frases de una conversación falsamente banal, los primeros roces, los primeros toqueteos, el primer beso. "¿Te apetece una copa?", preguntó Susana cariñosa irguiéndose en la cama, parcialmente iluminada por la amortiguada luminosidad artificial que se colaba desde la silenciosa calle para tintar con suavidad la espesa penumbra de la habitación. Respondió Iliana con un "sí", que su amante ...
... sintió como una sensual caricia de una voz susurrante y un tanto grave, y una punzada de culpable desagrado le asaltó al volverse para coger con disimulo el narcótico que escondía en el bolso. Remordimiento que se mezcló con la evocación de la entrada en el apartamento, fusionadas ambas en un empapado beso, de los apasionados abrazos, del virulento succionarse las bocas, los labios, las lenguas… del excitado y divertido juego del mutuo desnudarse, despojándose de sus prendas alegres como niñas que desvelaran un carnal regalo desgarrando ansiosas su brillante envoltorio. Rememoró el profundo olor de su sexo diluido en el aroma de un delicado perfume, el salado sabor de su tostada piel, la curvilínea orografía de una espléndida anatomía, su mano descendiendo desde los senos de Iliana hasta el depilado pubis para agarrar con delicadeza el duro fuste de su erguido pene, su irregular superficie plegada de carnosos meandros venosos, la delicada piel del glande humedecida por el líquido preseminal… Sintió de nuevo como Iliana exploraba su coño, apartando sus labios mayores para pellizcar y acariciar lo menores, invadir la entrada de la vulva y estimular con habilidad el excitado clítoris, lanzando vertiginosos ataques hacia la entrada del ano que lubricó con sus propios jugos vaginales. Después, como obedeciendo los suaves gemidos de Susana, se agachó para continuar el delicioso masaje con su propia boca, explorando con la arrojada experiencia de su incansable lengua toda la geografía ...