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Julieta
Fecha: 24/03/2019, Categorías: Confesiones Microrelatos, Autor: Zaratustra, Fuente: CuentoRelatos
Me recordaste mucho una experiencia que tuve hace algunos años. Educada en una familia bastante liberal lo único que obtuve religiosamente hablando fue el bautismo. Al terminar la universidad conocí a quien ahora es mi esposo y por compromiso con sus padres acepté hacer mi primera comunión para poder tener una boda religiosa y satisfacer a mis suegros. No le di mayor importancia y empecé los cursos. A la tercera semana el cura que daba el catecismo me sugirió tener nuestras clases aparte pues para mi era bastante incómodo tener que tomar catecismo junto con niños y niñas de diez años y obviamente acepté. A los pocos días el "catecismo" tomó un giro sexual que se dio sigiloso y sin quererlo, pero un día hablando de las tentaciones de la carne en chicas de mi edad (tentaciones a las cuales yo ya no era ajena desde hacía años), un día el galante sacerdote me ordenó arrodillarme frente a él mientras él se masturbaba frenéticamente con su glande a 5 centímetros de mi cara y al terminar invocaba las palabras "Arrepiéntete de tus pecados hija mía" mientras se vaciaba en mi cara. A partir de allí mi fervor religioso se volvió cada vez más intenso y acudía a mi "catecismo" con mayor fervor cada vez. No tardó mucho para que un día me sentase en mi sacerdote favorito y recibiera su cáliz en mi interior. A los dos meses fue él mismo quien me casó con mi marido en esa misma iglesia donde pecábamos juntos con la mayor de las alegrías y es hasta ahora a quien acudo a "terapias" de matrimonio cada viernes después del catecismo de los niños. Ya pasaron tres años de ello y estoy al borde del divorcio. Sexualmente hablando, mi casto marido está muy detrás de mi pervertido sacerdote y ya no tolero tanta rectitud en la cama. Me llama abismalmente más las sucias perversiones del cura que en realidad me hizo mujer. Si quieres que platicamos más, me avisan. Julieta
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