Mi compañera de trabajo
Fecha: 27/10/2017,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... importaba que ella no hiciera lo mismo conmigo, yo solo quería poseer por completo su cuerpo. Fui bajando poco a poco hasta llegar a su conejito pelado (como los de las actrices porno), la verdad es que estaba pidiendo que me lo comiera entero. Sentí un olor fuerte pero no repelente sino muy, muy atrayente. Sus labios y su clítoris estaban hinchados y cuando por fin posé mi lengua sobre ellos ella dio un espasmo y gritó de placer. Ahhhhhh! Empezó a moverse rítmicamente, igual que mi lengua No paresssssss! Me corroooooooooo!. Yo empecé a comerme su chocho literalmente, no solo movía la lengua sino que más bien parecía que le estaba dando un estupendo morreo en el chocho. Quería que se corriera en mi boca y tragarme todo el flujo que saliera por esa estupenda abertura caliente. Ella me pidió que cambiáramos de postura y le pusiera mi chocho en su boca, cosa que a mí me pareció una muy buena idea porque estaba a punto de correrme yo también. Cuando quedamos enlazadas no pasaron ni cinco segundos y las dos nos corrimos una vez, cada una en la boca de la otra. Joder! Que gusto...... A pesar de que yo nunca consigo correrme más de una vez, en esta ocasión fue distinto, mi cuerpo me pedía no dejar de moverme, seguir lamiéndole el coño y que ella me lo lamiera a mí y al minuto me corrí otra vez, y otra y otra. Aahhhhhhhhhhh creía que me iba a morir del gusto. Estaba exhausta pero aun así seguía metiendo mi lengua, esta vez en su culo. Le empecé a introducir un dedo que ...
... previamente me había humedecido y eso la volvió loca. Me hubiera gustado tener una polla para metérsela por ese culito ya abierto y enrojecido. Como parecía que le gustaba incluso más que el cunnilingus, le introduje otro dedo y después otro. Parecía que se los iba a tragar, joder, que grande tenía el culo. Ella se corrió y unos momentos después dijo que tenía ganas de mear. Le dije que no hacía falta que fuera al baño, si quería lo podía hacer allí mismo. Ella entonces se puso sobre mí y empezó a mear sobre mis tetas y después sobre mi boca. No me tragaba su pis, me parecía demasiado, pero sí disfrutaba la sensación de que alguien me meara. Al contrario de lo que pueda parecer es alucinante. Cuando acabó empezó a restregarse sobre mí, estábamos rebozadas en su pis y nos comíamos la boca como si acabáramos de empezar. Ella me metió dos dedos en el chocho y con la otra mano me metió un dedo por el culo. La sensación en el culo era dolorosa pero al mismo tiempo muy placentera. Si sacaba el dedo del culo le decía: no, mételo otra vez hasta el fondo. No sabía qué me daba más gusto, si sus movimientos dentro de mi coño o el dedo en el culo. La combinación era perfecta hasta que me corrí con varios espasmos y gemidos, Ohhhhhhhh! Ayhhhhh! Joderrrrrrrrr! Me muerooooooo!. Las dos terminamos exhaustas, no podíamos ni movernos. Nos quedamos un rato abrazadas, sin aliento y con una sonrisa imborrable. Nos dimos un beso y nos dijimos que esto había que repetirlo porque para las dos había sido la ...