Mi prima segunda: Carla
Fecha: 03/04/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: Ghonas, Fuente: SexoSinTabues
... café y galletas, se empieza a reir y le digo, qué??, – nada, solo que pensé que tu y yo,… no nada olvidalo – Le di su café y las galletas, me dijo esto es hermoso, luego le digo, quieres ver la luna entre las hojas del árbol, ella me dice, no quiero salir, no es necesario, jalé una palanca de la casa y el techo se abrió mágicamente. Y ahí estaba, la luna, reflejada entre las ramas del árbol. Apagamos la linterna y nos acostamos viendo hacía arriba. Es hermoso me dice, así es, me agarró de la mano, y ahí estaba de nuevo esa sensación, en mi estómago, en mi boca, en todo, sabía que ella sentía lo mismo. Se volteó sobre mi, y comenzó a besar, torpemente por cierto, nuestros dientes chocaron como 5 veces, mientras me besaba apasionadamente me decía, – no sabía si también sentías lo mismo, pensé que dirías que estaba loca si te decía lo que siento, y quiero hacerlo. Quiero que seas el primero, quiero que me hagas tuya y tu seas mio. – Dicho esto, ella se subió sobre mi, abrió las piernas a la altura de mi pene, me besó de una manera tan intensa, tan sincera de sus sentimientos, la sentía entregada completamente, más allá de solo querer sexo. Me sentía mal, porque no sabía lo que yo sentía, como si me estuviera burlando de sus sentimientos, pero claro, la excitación y la calentara ganó al fin de cuentas. La tomé de su cintura mientras me besaba, ella me besaba el cuello, la boca, el pecho, me quitó la playera, luego me quitó el pans que llevaba, quedando solo en boxer. La ...
... acosté y la comencé a besar el cuello, le quité su blusa, su corpiño, baje por sus pechos, su respiración aumentó. Sus gemidos también, me arañaba la espalda, me besaba la frente mientras yo intentaba besar sus diminutos pechos. Me encantaba, ella se estaba completamente segura de hacerlo, no tenía miedo, ni yo, bueno sí, no quería herir sus sentimientos. La besé, recorrí cada parte de su pecho, de sus pezones, de su cuello, labios, metía su lengua en mi boca, estábamos cubiertos de sensaciones nuevas, de adrenalina al saber que podían encontrarnos. Bajé a su entrepierna, a ese tan anhelado y precioso orificio que nos enloquece al 100. Le quité la falda y la coloqué a un lado, luego metí al cabeza entre sus piernas, comencé a besarle desde su bligo, baje lentamente, cm a cm, hasta llegar a su clítoris. Ella me pegaba contra su panocha aferrándose de mi cabeza, de mis cabellos. Me pegaba contra ella para que lo siguiera haciendo, su clítoris sabía a ella solamente, era notorio que terminaba de bañarse, porque solo sabía a sus fluidos recien salidos de su vagina. Estaba dilatada a más no poder, empapada a más no poder. Le froté el clítoris mientras lamia despacio pero fuertemente sus labios vaginales, lo hacía como si tuviéramos toda la noche, como si no hubiera un mañana. Ella gemía a más no poder, me decía si, sí, sí, sí, hazme el amor, metémela por favor. Me quité el boxer, subí sobre ella, podía ver su rostro por la luz de la luna, era hermosa, su cabello sobre su cara, su ...