Pareja de Montreal
Fecha: 04/04/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... para compensar, le meto dos dedos junto con mi verga en su concha y ahí, hay que aguantarla, porque se empieza a mover como si hubiera un terremoto. Me saca los dedos de la concha y se clava la pija hasta los cojones. Aúlla como una yegua en celo y se corre como tal, me deja los vellos todos mojados, sus jugos me corren hasta el culo. Orgasmea como a pocas mujeres he visto hacerlo y eso que me cogí a bastantes en mi vida. Yo la limpio y le acaricio la concha y le chupo los pezones unos segundos, y puedo ver lo profunda y lo grande que es su concha, por eso ella busca tipos con pijas bien gordas y largas, conmigo la pasa bien, pero me cuenta que cuando se encama con alguno que la tiene bien grande, que se siente distinto cuando su concha se siente estirada por el grosor y que si es larga, le gusta sentir cuando le tocan el cuello del útero, dice que es algo increíble, sentirse llena, que le parece que la tiene hasta la garganta. Mas de una vez le dije que si quería probar con un vibrador o consolador, pero ella dice que la carne fresca y bien caliente es inigualable. Yo le dije que pruebe con un negro, pero como ella es racista, jamás quiso hacerlo. Una vez le dije que deberíamos probar el intercambio de parejas y tríos con otro hombre y otra mujer. La cosa funciono bien. Ver a escasos centímetros como el pene de otro hombre se mete en las profundidades de la vagina de la mujer de uno es un espectáculo excitante. Por siempre tendré las imágenes de ella haciéndose penetrar, de ...
... costado, con una pierna en el aire sostenida por el otro hombre al mismo tiempo que me practicaba una chupada de pija sensacional. Me acuerdo de esa vez que mientras a nuestra amiga en común Joëlle yo la penetraba estando ella de rodillas, llego mi mujer que venia de pasar una tarde en un motel con un tipo y se sentó en el sofá con las piernas abiertas y Joëlle le saco su ropa interior y le lamió su sexo hasta hacerla tener un orgasmo increíble. En otra oportunidad, era mi mujer que estaba en ese sillón mientras le chupaba como una ninfomana el pene a un amigo quebequense y yo se la metía desde atrás por su conchita hermosa. Recuerdo a una parejita, él español, ella quebequense, los cuatro en la misma cama y en el momento que el chico la penetro lanzo un AY, MI DIOS!, y cuando vi el pene del español comprendí porque. Ella movía sus caderas y no dejaba que el chico le saque ni un milímetro de su concha. Nunca la había visto tan excitada, me acuerdo de como cuando ella estando de espaldas en la cama y el chico entre sus piernas, le cruzo sus piernas y las levantaba para que le entre al máximo. Durante un tiempo, frecuentamos una pareja de quebequences. Manon era gorda, pero con unas tetas enormes, me encantaba como cogía, era muy dulce. Su marido, Marcel, un loco de primera, se la llego a cojer nueve veces en una misma noche a mi mujer. Hay una escena que nunca me voy a olvidar, teníamos dos sillones en el salón y la otra pareja estaba entre nuestras piernas, él chupándole la ...