Follé con mi cuñada
Fecha: 05/04/2019,
Categorías:
Confesiones
Incesto
Autor: homerlast, Fuente: CuentoRelatos
Un día muy caluroso tuve que ir a la casa de mis suegros (con los que tengo muy buena relación) ya que llevaba tiempo sin visitarlos. Es un pueblo alejado de la gran ciudad, un tanto rural, realmente hermoso. Educadamente me ofrecí a ayudar en el "aseo" (la casa siempre estaba ordenada, pero debía encontrar algo que hacer en esos minutos), por lo que subía y bajaba las escaleras, iba a la cocina, alimentaba a los perros, etc. Mi novia (a quien llamaré Sofía), aunque acostumbrada a las altas temperaturas de su ciudad, ese día estaba un tanto agotada, y le aconsejé que mejor fuera a descansar mientras se preparaba la cena, y la encaminé a su cuarto. La casa es grande, mis suegros estaban en la cocina, y yo me quedé en el living viendo TV mientras buscaba algo qué hacer. De repente llega mi cuñada (paula), nos saludamos y nos pusimos a conversar... Apenas los dueños de casa se enteran de la llegada de su hija, la mandan a arreglar unas persianas al segundo piso. Me ofrecí a ayudarle, ya que estaba un poco inquieto de no hacer nada y accedió con gusto. -Paula, al igual que mi novia Sofía son hermosísimas; 19 y 20 años respectivamente, la gente externa dice que son gemelas, pero según yo no son tan parecidas, ya que hasta ese momento solo mi novia me influía una lujuria inconmensurable y ganas de culearla y lamerla por todos lados todo el día. Algo que las diferencia es que mi novia tiene mejores tetas, y por su parte, mi cuñada un culo hermoso y redondito-. Si bien siempre fui ...
... educado y en cierto punto "distante" a mi cuñada, para no crear malos-entendidos ni problemas, siempre he sido un observador. Me gusta entretener la mirada, así que ni tonto ni perezoso la dejaba subir a ella primero las escaleras: fue un gran placer para mí, ya que para arreglar las persianas, (entre otras cosas que debíamos hacer) tuvimos que bajar y subir unas 4 veces. Ahí fue donde toda mi sangre empezó a dirigirse a un solo lugar... La primera vez que subimos, y dado que no había nadie más en ese sector de la casa, pude ver su hermoso culito a un metro más o menos, hermoso, bien trabajado y sin más... Estaba caliente. Arriba conversábamos un poco, de diversos temas "livianos" (superficiales) y todo en muy buena onda. Ella contaba sus anécdotas con mucho entusiasmo y para terminar sus breves e inconexas historias sacaba la lengua, (en un tic que nunca había visto en otra persona) pero no lo hacía como quién se burla de otro, sino que el resultado era bastante sensual, situación que me calentaba más aún imaginando que podría lanzarme sin previo aviso a besarla apasionadamente, o mejor aún, tenerla arrodillada frente a mi dándome un oral... Mi mente era una vorágine de pensamientos sucios y tan satisfactorios como frustrantes. La segunda vez que subimos no fue muy distinta a la primera, dado que me pidió ir a buscar algo antes de subir, y si bien, lo hice tan rápido como pude, no pude estar más cerca que la primera vez, aunque mi suerte cambiaría. Ya para la tercera ida al ...