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Como me convertí en una perrita sumisa
Fecha: 08/04/2019, Categorías: BDSM Gays Transexuales Autor: Patricia_69, Fuente: xHamster
Hola mi nombre es Sergio (al menos el que mis padres pensaron para mi), tengo 28 años y quisiera contarles la historia de cómo comenzó mi pasión por vestirme y sentirme como una nena. Fue hace algunos años cuando conocí a Carlos, el había llegado desde otra Ciudad hacía poco tiempo y había sido asignado a nuestro curso en el colegio. Desde un comienzo con Carlos nos hicimos buenos amigos, íbamos a todos lados juntos y conversábamos de todo sin tapujos. Fue en una de esas charlas cuando le comenté que me excitaba mucho tomar las prendas íntimas de mis hermanas y masturbarme imaginando como quedarían esos diminutos calzoncitos perdidos entre unas voluptuosas nalgas ( lo que omití comentarle es que habitualmente las nalgas que imaginaba devorando esas tanguitas tan pequeñas eran las mías y que en ocasiones lo había experimentado llevándome esto a niveles inexplicables de placer). En fin, al sentir esto Carlos me confió que el acostumbraba masturbarse mientras espiaba a su hermana cuando ella estaba en el baño y que lo volvía loco verla con esas tanguitas metidas hasta el fondo es su cola. Debe estar buena tu hermana – le dije - , no sabes cuanto – contestó – Quieres venir a espiarla conmigo esta tarde? A lo que acepté rápidamente, y quedamos para encontrarnos en su casa.Esa tarde llegué con un poco de temor de que ella nos descubriera, pero Carlos me tranquilizó diciéndome que nunca lo había notado y el hacia mucho que la espiaba. Nos pusimos a hacer un poco de tiempo ...
... esperando que Claudia (la hermana) ingresara a ducharse. Cuando lo hizo nos fuimos los dos sobre la puerta del baño y comenzó Carlos a espiar primero mirando por el cerrojo. Ya al cabo de un rato le hice señas de que me dejara a mí y lo hizo. Cuando me incline logré ver que tenía un terrible cuerpazo, pero no fue esto lo que más me impactó sino que fue notar lo bien que quedaba su tanguita perdida en esa cola que tanto me hacía recordar a la mía por lo carnosa y paradita. Esto hizo que me excitará en extremo y me olvidara que Carlos también quería observar, estuve así durante varios minutos mientras veía como Claudia se depilaba; hasta que de pronto sentí que Carlos estaba tocando mi cola, que por la posición en la que me encontraba se encontraba muy expuesta; de una manera muy disimulada pero tacándola al fin. Esto en lugar de incomodarme me gustó pero de todas formas en ese instante me incorporé y di vuelta para mirarlo de manera intimidante y pude ver como con una de sus manos agarraba su pene y lo sacudía mientras con la otra me tocaba lo quedé mirando un segundo, el se sonrojó y me pidió que no lo tomara a mal, que era una forma que podíamos encontrar de aliviarnos mutuamente ya que las chicas no nos daban entrada. En ningún momento me creí lo del alivio mutuo, pero yo también lo quería y la excitación no me dejaba razonar por lo que me volví hacia la puerta nuevamente y continué mirando a su hermana, dejándole mi colita a su disposición para que se entretuviese mientras tanto. ...